Agencias - Sin embargo, ahora la NASA habla de otro problema: dice que está
evaluando qué hacer con un sector de la capa aislante bajo la cabina del
Discovery, dañado al ser golpeado por trozos de material desprendido durante el
despegue.
"Si lo que vemos en los análisis que realizamos ahora no nos gusta, tendremos
tiempo de salir de nuevo al espacio y hacer algo", dijo el director de vuelos
Paul Hill, en el Centro Espacial de Houston, Texas (sur).
A pedido de los controladores de Houston, la astronauta Wendy Lawrence
realizó el miércoles una inspección visual y tomó fotos de la parte estropeada
con el brazo robotizado del transbordador.
Si los ingenieros de la NASA consideran que el daño en la capa aislante bajo
la cabina del Discovery supone un riesgo, el astronauta Robinson tendría que
salir nuevamente al espacio el viernes.
Robinson --atado de un pie a la punta del brazo robot, el Canadarm 2 de 20
metros, operado por el copiloto James Kelly-- eliminó este miércoles sin
problemas y con su mano los dos trozos de junta que sobresalían entre las placas
aislantes del Discovery.
A 350 km de la Tierra sobre la región de Massachussetts (noreste de EEUU),
Robinson retiró la primera protuberancia a las 12H45 GMT. Luego fue desplazado
hacia la segunda protuberancia, la que quitó a las 12H55 GMT, cuando estaba
sobre la costa de Francia. En total la intervención duró unos 40 minutos.
"Las estoy guardando en mi bolsa", dijo Robinson -acompañado en su salida por
el japonés Soichi Noguchi- tras mostrar triunfalmente el material retirado a las
cámaras que seguían la operación.
"No queda nada", dijo, en referencia a las dos protuberancias que acababa de
retirar, de 7,5 cm y 2,5 cm respectivamente, bastante mayores de lo que había
estimado la NASA al principio. Si el material se hubiera resistido, Robinson
habría tenido que sacarlo usando pinzas y una pequeña sierra.
"Muchachos, hicieron un gran trabajo", les dijo el controlador de la NASA en
Tierra mientras Robinson volvía de su salida.
Los técnicos de la NASA se sintieron muy aliviados con el resultado de la
operación. "Cuando sacó el primer trozo de junta me sentí muy aliviado. Y cuando
sacó el segundo fue un alivio increíble", admitió Paul Hill.
La reparación resultó finalmente más fácil de lo previsto: Robinson había
dicho el martes que sería algo muy "delicado", mientras que otro tripulante dijo
que la tripulación había tenido "dudas" al evaluar qué hacer.
Las protuberancias tuvieron en vilo a decenas de ingenieros de la NASA por el
temor de que provocaran un recalentamiento del transbordador Discovery durante
su reingreso a la atmósfera a más de 20.000 km/h.
La cara externa de la nave puede alcanzar temperaturas de hasta 1.370°C
durante su regreso a la atmósfera. El vientre del fuselaje debe ser
perfectamente liso, para evitar mayor rozamiento, el cual a su vez provoca que
la temperatura aumente.
Un problema de calentamiento le ocurrió al transbordador Columbia, que se
desintegró durante su reingreso a la atmósfera terrestre el 1 de febrero de 2003
con sus siete tripulantes a bordo.
La NASA dijo que el accidente ocurrió debido a una fisura en el escudo
aislante del Columbia causada por el golpe de un pedazo de espuma que se había
desprendido durante el lanzamiento.
El Discovery es el primer transbordador que vuelve a volar desde esa
tragedia. Pero gran cantidad de material cayó de su tanque externo de
combustible durante su despegue, el 26 de julio. Por eso, expertos de la NASA
analizan la cara exterior de la nave en busca de daños como el que habría
provocado la destrucción del Columbia.
El transbordador Discovery debería partir de la Estación Internacional
Experimental (ISS) el sábado, para aterrizar el lunes 8 de agosto.
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