'Sé qué el verano es competitivo, siempre lo es, pero nuestra película ofrece
un concepto completamente original que responde a la pregunta de ¿hasta dónde
llegarías para alcanzar la vida eterna?', resume a EFE el director de la cinta,
Michael Bay.
Más conocido por sus estrenos cargados de acción ('La Roca', 1996),
persecuciones ('Dos policías rebeldes', 1995) o explosiones ('Armageddon',
1998), Bay quiere añadir en esta ocasión un toque filosófico a la mezcla que,
como en casos anteriores, espera que ofrezca un resultado millonario en la
taquilla.
'Ante todo, hay que entretener al público', admite.
'Pero dentro de toda la palabrería que hay en la ciencia ficción, 'The Island'
tiene un corazón humano, esa parte que insiste en preguntarte quién no quiere
vivir para siempre', añade Bay, cuya cinta se estrenará este viernes en EEUU.
Las 140 páginas de guión del británico Caspian Tredwell-Owen captaron la
atención del cineasta Steven Spielberg, quien demasiado ocupado para llevarlo a
cabo y sin un clon que le ayudara, llamó a Bay para darle el texto junto con su
bendición.
'The Island' recibe su título de ese lugar paradisiaco donde los habitantes de
una colonia futurista, todos jóvenes, bellos y sanos, van supuestamente a
disfrutar del resto de sus vidas.
Al menos eso creen hasta que descubren que no son más que clones de una
civilización que desconocen y que los cría como almacenes vivos para tener
órganos de recambio.
Como admite Bay, él es el primero que firmaría por prolongar su vida a cualquier
precio, pero después de ver la película duda que 'quiera ser clonado'.
Como puntualiza el realizador todo el tiempo, 'The Island' es ciencia ficción y
sus metas son el entretenimiento del público y unos pingües beneficios en la
taquilla que justifiquen un presupuesto de 120 millones de dólares en este
filme.
Pero la historia también levanta ampollas, dada la polémica existente en la vida
real en todo lo que se refiere a la clonación y a la investigación con células
madre.
Bay se olvida de todo lo que comentó minutos antes sobre el 'corazón humano' de
su obra, de ese barniz filosófico.
'El filme no ofrece ninguna crítica al estudio en células madre porque, para
empezar, yo estoy a favor de ese tipo de investigación', explica.
Además, el realizador recuerda que es científicamente imposible clonar adultos
como muestra el filme, que transcurre en un futuro cercano.
Aun así, entre los efectos especiales de la película, Bay ha echado mano de
diferentes elementos basados en la realidad, entre ellos las supuestas
'placentas' en las que se forman los clones, fabricadas del mismo material que
los implantes de mama.
Este amante de la tecnología -'en especial de la nanotecnología aplicada a la
medicina', aclara- se ha inspirado en numerosos avances del mundo en el que
vivimos para recrear ese futuro próximo.
'Si existe algún comentario social en la cinta es que la ciencia está siempre
evolucionando y a veces es para bien pero en otros casos puede ser para mal, si
se utiliza erróneamente', añade.
La ciencia cinematográfica ha permitido a Ewan McGregor trabajar cara a cara con
su clon, ambos interpretados por el actor escocés, además de darle a los
espectadores masculinos la esperanza de que existan dos Scarlett Johansson en el
mundo.
'De hecho, contratamos a su hermano gemelo para ponerle una peluca y trabajar
con él, si Scarlett salía mal parada', bromea Bay, que nunca llevó a cabo su
amenaza de trabajar con Hunter Johansson.
El hecho de criarse junto a su gemelo no ayuda a la actriz de 'Lost in
Translation' (2003) a hacerse a la idea de lo que sería tener un clon, del que
dice que saldría corriendo en dirección contraria.
'Es una idea extraña para la que no estoy preparada', comenta la actriz
estadounidense. 'Supongo que lo trataría como un igual ¿no?', añade ingenua.
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