Agencias- El gigante japonés de la electrónica Sony anunció hoy que despedirá
a 10.000 empleados y cerrará once fábricas antes de marzo de 2008, arrastrado
por unas pérdidas que este año fiscal superarán los 90 millones de dólares.
La cúpula de Sony, el segundo mayor fabricante de dispositivos electrónicos
domésticos del mundo, reveló este jueves un plan de choque que llevará también a
la venta de parte de sus acciones e inmuebles a fin de ayudar a reestructurar su
maltrecha economía, golpeada por la despiadada competencias de sus rivales
asiáticos.
Este plan de supervivencia de un grupo acosado en los últimos tiempos por los
escualos de la electrónica chinos, surcoreanos y del sudeste asiático pasa por
una centralización de la cadena de mando en la empresa y el recorte drástico de
los gastos.
Según indicó el presidente de la compañía, Howard Stringer, en una rueda de
prensa, Sony pretende reducir su plantilla laboral un 6,6 por ciento en los
próximos tres años, hasta marzo de 2008, es decir, unos 10.000 empleados, de los
que 6.000 trabajan en fábricas ubicadas en el extranjero y 4.000 en Japón.
En estos momentos, cerca de 151.000 personas trabajan para Sony en todo el
mundo.
Durante esos tres años, se cerrarán al menos once fábricas, con cortes en los
costes de hasta 200.000 millones de yenes, esto es, cerca de 1.800 millones de
dólares.
Tras el cierre de esas once plantas, aún le quedarán 54 fábricas repartidas por
todo el mundo encargadas de materializar el enorme desafío lanzado hoy por
Stringer.
La única planta de producción de Sony en España está en la localidad barcelonesa
de Viladecavalls, se dedica a la fabricación de televisores planos de tecnología
avanzada -Plasma y LCD- y cuenta con una plantilla de unos 2.000 trabajadores.
El presente año fiscal, que terminará el 31 de marzo de 2006, será la primera
vez en una década que Sony registra pérdidas, valoradas en 10.000 millones de
yenes, es decir, algo más de 90 millones de dólares.
El galés nacionalizado norteamericano Stringer reconoció que la presión de los
inversores y las pérdidas obligan a un difícil equilibrio entre la reducción de
gastos y el incremento de la producción de bienes de alta definición, donde es
superada por sus rivales.
El plan de saneamiento adelantado por Stringer incluye el impulso de la
producción de chips, televisores de alta definición y cristal líquido, y
teléfonos móviles, mercados en los que Sony se está viendo superada por su rival
surcoreano Samsung Electronics.
La empresa japonesa también se centrará en la fabricación de nuevas cámaras
digitales, consolas de vídeo juegos, como la PlayStation-3, y dispositivos de
audio portátiles de última generación.
Para fines de marzo de 2008, Sony confía en tener beneficios marginales cercanos
al 5 por ciento, índice que en marzo de este año 2005 se situaba en apenas el
1,6 por ciento, frente al 14 por ciento de Samsung o el 6 por ciento de la
también nipona Sharp.
Según Stringer, Sony conseguirá sus objetivos "eliminando la estructura
centralizada que mantenía en el pasado" y "siendo competitivos constantemente",
pues esta nave enseña de la industria electrónica nipona "ha dejado de ser la
única alternativa del mercado".
El nombramiento de Stringer en marzo pasado (su cargo fue aprobado por los
accionistas en junio) tenía precisamente como objetivo la resurrección de este
gigante de la electrónica, rebasado por la competencia de los fabricantes de
países asiáticos emergentes en el campo de la electrónica.
Los resultados de Sony reflejan la dificultad en recuperar su posición en el
mercado de las cámaras digitales y los aparatos de televisión, pese a que la
empresa ha realizado en los últimos años una fuerte inversión en reestructurar
ese segmento de manufacturas.
Las pérdidas adelantadas hoy de 10.000 millones de yenes siguen a unas
anteriores previsiones para este año fiscal de 10.000 millones de yenes en
ganancias, que a su vez habían corregido los 80.000 millones de yenes (720
millones de dólares) de la primera proyección original.
La cúpula directiva de Sony desmintió las informaciones que apuntaban también
hacia la venta de sus negocios financieros, incluidos los bancarios y seguros.
Eso sí, reconoció que se buscará la venta de inmuebles, acciones y otros valores
hasta poder disponer de 120.000 millones de yenes (1.100 millones de dólares)
para que el saneamiento esté completo el 31 de marzo de 2008, cuando terminará
ese año fiscal 2007 convertido en el Rubicón de esta firma y de Stringer, su
nuevo César.
"Debemos luchar como los guerreros de Sony que somos", dijo Stringer en su
arenga de hoy, para no dejar dudas sobre la dimensión del esfuerzo que exigirá a
sus empleados
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