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Agencias - Yahoo, junto con Adobe, Hewlett-Pakcard y una serie de
universidades y otras organizaciones, se lanzaron hoy al ruedo con la creación
de la Alianza Abierta de Contenido (OCA, en inglés).
Este grupo pretende digitalizar el contenido de una serie de libros cuyos
derechos de autor han caducado, son de dominio público o bien han sido
facilitados por sus escritores.
El material para digitalizar será facilitado en un principio por las bibliotecas
de las universidades de California, Toronto, el Archivo Nacional inglés,
O'Reilly Media y el Archivo Europeo.
Aunque desde hace muchos años una serie de bibliotecas llevan a cabo procesos de
digitalización de datos, esta etapa permitirá a los internautas ir directamente
a Yahoo y otros sitios similares para ver los contenidos de esta nueva
biblioteca virtual.
La OCA se suma así al trabajo que realiza Google desde hace meses, consistente
en digitalizar libros que no sólo son de dominio público o sus derechos de autor
han caducado, sino también los que tienen la autorización de sus editores para
que se pueda mostrar sus contenidos en la red.
Pese a que en principio se trata de dos iniciativas similares, las diferencias
son grandes, entre ellas la restricción que hace Google a la búsqueda del
contenido en su propio sitio, mientras que la colección de OCA estará también
disponible para otros lugares de búsqueda, incluido el mismo Google.
Esta última compañía ya comenzó la tarea de digitalización, pero más que nada de
libros impresos en circulación y con derechos de autor, lo que le ha traído más
de un dolor de cabeza.
Esto ocurre porque Google digitaliza primero la totalidad de un libro y luego
obtiene la autorización de su editor para hacer público sólo una parte de él.
La empresa ha optado por este camino, pues está convencida de que no viola los
derechos de autor por tratarse de un 'uso justo', término legal que en EEUU se
refiere al derecho de cada persona a acceder y hacer uso de la información.
Para mantenerse dentro de la ley, Google permite que se vean sólo extractos de
un libro, que deberían, si no satisfacer las necesidades de los usuarios, al
menos interesarlos lo suficiente como para comprar la obra en cuestión.
De ahí que en el sitio de Google aparezcan anuncios publicitarios, cuyos
ingresos van a parar en gran medida a los editores que permiten la reproducción
parcial de sus obras.
Pero el asunto ha tenido más de una complicación debido a las quejas de algunos
editores por la digitalización completa de las obras, aunque al final se muestre
sólo parte de ellas, motivo por el que Google ha suspendido este trabajo hasta
el 1 de noviembre próximo.
La decisión fue tomada para dar tiempo a los editores a confeccionar listas de
libros que no desean que aparezcan en internet.
La OCA pretende, por su parte, evitar estos líos legales mediante la
digitalización de libros que no tienen derecho de autor o que cuentan con
autorización expresa del creador, algo que hace más fácil su tarea pero también
limita el número de obras disponibles.
Sea cual sea el camino escogido, los que impulsan estas bibliotecas virtuales
señalan que es fundamental la participación en el proceso de bibliotecas
'reales', pues estiman que si únicamente se incluyera el trabajo que actualmente
está en imprenta o a la venta, se conseguiría tan sólo un 15 por ciento de los
libros existentes en el mundo.
Los expertos consideran que más que la obtención de grandes beneficios, el
sistema es un paso muy importante para ganar presencia en la red.
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