Tal como en los más intrincados capítulos de los Archivos Secretos X, el
periódico estadounidense Washington Post reveló hoy que algunos grandes
fabricantes de impresoras han colaborado durante años con la Casa Blanca para
proveerle información privada a espaldas de los usuarios.
Todo comenzó el año pasado, cuando la revista PC World publicó un artículo
denunciando que muchos modelos de impresoras a color incluían en sus impresiones
un minúsculo patrón de puntos amarillos, visibles sólo con la ayuda de una luz
especial.
Consultado por el tema, un representante de Xerox Corporation reconoció el uso
de los puntos como una especie de "identificación digital" secreta que
portaba información útil para las autoridades en el seguimiento de criminales.
Ayer, un grupo de activistas conocido como la Electronic Frontier Foundation
(EFF) declaró haber descifrado el código utilizado en una de las principales
líneas de productos Xerox.
Usando una lupa y una luz azul para ver los puntos - que en conjunto no
sobrepasan un milímetro de ancho - los investigadores encontraron tanto la fecha
y hora de impresión como el número de serie de la máquina que la produjo. A
través de él puede obtenerse información exacta respecto a dónde y cuándo fue
comprada, e incluso la residencia del cliente.
Consultado al respecto, el Servicio Secreto estadounidense admitió estar
utilizando las marcas, pero descartó de plano que su fin sea transgredir la
privacidad de los usuarios. "Se trata únicamente de una medida para prevenir
la falsificación, protegiendo tanto nuestra economía como el dinero ganado
honestamente por la gente", afirmó el portavoz, Eric Zahren. "Es
extraño que te traten como a un criminal sin ni siquiera saberlo", señaló a
EFE Rebecca Jeschke, portavoz del grupo.
Sin embargo, aún existen muchas dudas respecto al alcance y consecuencias de los
códigos ocultos. Según Seth Schoen, conductor de la investigación realizada por
la EFF, han descubierto patrones similares en máquinas Xerox y Hewlett-Packard,
algunas de los cuales están en el mercado desde hace al menos diez años.
"Parece que alguien en el gobierno logró tener muchísima influencia sobre la
industria de la impresión", declaró.
Mientras Xerox y HP defendieron la medida como una instancia de colaboración con
las autoridades y un "consorcio de bancos", Schoen aseguró que esta
información podría ser utilizada por gobiernos represivos en distintas partes
del mundo para controlar a sus ciudadanos.
De hecho, recordó que en los años de la Unión Soviética se condujo un
programa similar destinado a controlar las máquinas de escribir en el país, a
fin de controlar las publicaciones clandestinas. "Esta tecnología se lo
pone más fácil a los gobiernos a la hora de encontrar a los disidentes",
dijo Tien.
Los movimientos democráticos clandestinos que publican panfletos políticos y
religiosos siempre necesitarán del anonimato de una simple página", dijo Lee
Tien, uno de los abogados del grupo.
"Es perturbador que algo con tantas implicancias para la privacidad de los
usuarios suceda a esta escala, manteniéndose de forma tan oculta", expresó.
Más aún, lo que más inquieta a la EFF es que la información no está codificada
en una forma realmente segura. La organización tardó varios meses en recolectar
muestras desde distintos países, pero los códigos tardaron apenas una semana en
ser descifrados... por un alumno en práctica.
"Desciframos el código demasiado rápido", dijo Schoen.
"Hasta ahora, sólo hemos 'roto' el cifrado de las impresoras DocuColor
-señala Schoen-, pero creemos que otros modelos de otras fabricantes incluyen la
misma información en los puntos", recalco El abogado del EFF señala que el
descubrimiento tiene graves implicaciones, ya que estos códigos dan al gobierno
y a la industria privada "más posibilidades para debilitar nuestra privacidad
con un equipo que se utiliza cotidianamente, como las impresoras".
Tien cree que los técnicos del EFF tienen mucho trabajo por delante: "La
próxima gran interrogante es: ¿qué otros apaños se están cociendo para
asegurarse de que nuestra tecnología nos traiciona?". Buena pregunta. La
organización ha puesto a disposición del público en su página web un programa
automático para que cualquiera puede descodificar los puntitos que deja su
impresora
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