Científicos de la Universidad de Nebraska han conseguido crear con éxito en
laboratorio el primer artefacto de la historia que contiene un microorganismo
vivo: una bacteria recubierta de nanopartículas de oro introducida en un chip
de silicio que tiene a su vez electrodos también de oro. El trabajo ha sido
publicado por la revista Angewandte Chemie.
La bacteria viva se dilata y se contrae a través de los electrodos como
respuesta a la humedad, convirtiéndose así en un sensor super-sensitivo.
Durante dos días, la bacteria sobrevive en este entorno sin nutrientes, y
después sigue funcionando durante más de un mes, realizando la misma función
tras su muerte en ese tiempo. De esta forma, el revolucionario dispositivo une
al microbio y a la máquina, aprovechando las características de ambos.
Tal como explica la revista Nature, el grupo de químicos de la Universidad de
Nebraska, dirigidos por el profesor Ravi Saraf, han desarrollado este artefacto
siguiendo el siguiente sistema: en primer lugar tomaron un chip de silicio en
el que habían incrustado electrodos de oro. A este chip le añadieron un
recubrimiento formado por bacterias del tipo bacillus cereus, común en muchos
alimentos. Esta bacteria es un mocroorganismo esporulado (con esporas), lo que
le permite sobrevivir durante largos periodos de tiempo en condiciones
adversas.
Según el sitio Tendencias Científicas, con este sistema podrían fabricarse
artefactos eléctricos que aprovechen el sistema energético que proporciona la
bacteria.
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