El párrafo íntegro insertado en su intervención en la tribuna
de oradores del Congreso no tiene desperdicio:
"Pero sobre todo la Iglesia tiene como misión la difusión del Evangelio. Es
por ello que no puede permitirse ni un día más que desde algunos de sus medios
de comunicación y por alguno de sus profesionales se siembre a diario el
insulto, el odio y la confrontación. Los insultos que se oyen dejan muy cortos a
los de 'cretino' o 'necio' que Jesús condenaba.
Se alimentan los prejuicios territoriales, se criminalizan a dirigentes
políticos o empresariales. Se falta sistemáticamente a la verdad. Jesús
distingue entre el buen pastor y el mercenario. Obligación de la Iglesia es
deshacerse de mercenarios y nutrirse de buenos pastores.
Desde la fe que profeso no puedo dejar de sentir todo este cúmulo de atrocidades
como la antítesis del Evangelio. Modestamente pero enérgicamente, debo
pronunciar un respetuoso y sereno ¡Basta ya! Y reclamar una diligente y
consecuente solución a la siembra de tanto odio y confrontación". |