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Los terminales Vertu destacan por su estructura compuesta de oro, diamantes y zafiros. Los multimillonarios son los únicos que han pagado por este pequeño antojo cuyo modelo más barato cuesta nada menos que 4.000 euros y el más caro 30.000.

El móvil no destaca por ningún avance tecnológico en particular pero debido a la calidad de los materiales utilizados de joyería y relojería se ha convertido en un objeto de deseo al alcance de muy pocos.

En lo alto de la gama del fabricante se encuentra el  Vertu Signature Platinum. Su precio ya lo dice todo: 30.000 euros y destaca por su cuerpo realizado sobre cerámica y platino; las teclas de oro 18 kilates con rubíes en los asientos para que la pulsación sea suave y precisa. Los laterales están encerrados en fino cuero para asegurar un agarre cálido y "sensual", explica el texto publicitario. Y aquí viene la característica que más lo destaca del resto de sus congéneres: una tecla lateral que comunica con el conserje Vertu, quien le hará las reservas de avión u hotel,  tomará sitio en el  restaurante y dará todo tipo de asistencia internacional las 24 horas del día en Estados Unidos, Europa y Asia.

El fabricante asegura que el precio es totalmente justificado. Además de los materiales nobles que componen el terminal, en el proceso de elaboración intervienen cerca de 400 personas, en un proceso que dura entre cinco y nueve días. Por supuesto todo el proceso se elabora artesanalmente y a mano.

Los más ávidos consumidores de estos terminales de lujo se encuentra en Hong Kong, Indonesia y Singapur, donde los ven como un icono de superación.

Con sede central en Londres, Vertu es una empresa filial de  Nokia con oficinas en París, Nueva York, Singapur y Hong Kong, con una selecta lista de distribuidores en 20 países y territorios incluyendo Kuwait, Macao y los Emiratos Árabes Unidos, lugares donde los grandes gastos no son vistos como un crimen social