Según la multinacional, debido a la estructura de la consola podría
producirse que la temperatura del interior fuera superior a sus competidores,
aunque asegura que esta se mantiene dentro de unos limites aceptables y no causa
daños al equipo. En pocas palabras si se calienta mucho, ¡ábrala¡ Esta
parece haber sido una de las soluciones caseras que han adoptado algunos de los
compradores de la Xbox que han padecido problemas con su nueva compra. Otros
han optado por colgarla del techo y así poder jugar hasta tres seguidas con el
equipo sin que este se cuelgue debido al sobrecalentamiento. Por lo que parece
la causa de "todos los males" es la fuente de alimentación que incorpora por lo
que sería posible encontrar una solución rápida al problema... pero ¿cuando? |