Agencias.- La desorbitada factura del teléfono móvil de una ciudadana
canadiense ha revelado que grupos terroristas están dedicándose a la "clonación"
de números de teléfono para comunicarse.
Susan Drummond, una profesora de derecho de Toronto, recibió una factura de
10.524 dólares tras pasar un mes en Israel, una cantidad que es 160 veces
superior a los recibos habituales de 65 dólares al mes de su teléfono móvil.
Para añadir misterio, cinco páginas de la factura estaban llenas de llamadas
telefónicas supuestamente realizadas desde su teléfono a países como Pakistán,
Libia, Siria, India y Rusia, lugares a los que Drummond nunca había realizado
llamadas.
A pesar de lo inusual de la factura, dados los hábitos telefónicos de Drummond,
su proveedor -la compañía canadiense Rogers Wireless, una de las más importantes
del país- se negó a aceptar que algo raro había sucedido con el teléfono de su
cliente y la conminó a pagar los 10.000 dólares más intereses adeudados.
La negativa de Rogers Wireless a investigar lo sucedido, y reconocer que ella no
era responsable de la desorbitada factura telefónica, llevó a Drummond a
realizar sus propias pesquisas sobre lo sucedido, lo que reveló que hasta el
dueño de la compañía, el multimillonario Ted Rogers, ha sido víctima del mismo
fraude.
Según confesó a Drummond una alta ejecutiva de Rogers, su celular y de otros
directores de la empresa fueron "clonados" en 1997 y 1998 por un grupo vinculado
a la milicia libanesa Hizbulah, considerada por EEUU, Canadá y otros países
occidentales como una organización terrorista.
Teléfonos de los directores de Rogers fueron utilizados para realizar durante
este tiempo miles de llamadas telefónicas a países de Oriente Medio, según Cindy
Hopper, gerente del departamento de seguridad de Rogers.
Según el periódico "The Globe and Mail" -que está participado por la compañía
telefónica Bell, la principal rival de Rogers Wireless- Hopper realizó está
confesión al compañero de Drummond sin percatarse que estaba siendo grabada ni
que estaba hablando con un cliente molesto con la compañía.
Durante la conversación, Hopper reconoció que "estaban clonando de forma
repetida los (teléfonos) de los altos ejecutivos porque todo el mundo temía
cortar el teléfono de Ted Rogers", incluso si está llamando a Irán, Siria,
Líbano o Kuwait.
"Utilizaban una psicología bastante brillante. Nadie quiere cortar el teléfono
de Ted Rogers o de nadie vinculado directamente con Ted Rogers, así que llevaron
sus escáneres a nuestro edificio, donde están nuestros altos, altos, altos
ejecutivos", añadió Hopper.
El método al que se refiere Hopper supone la utilización de un escáner de radio
para interceptar las llamadas telefónicas de un móvil, capturar su número así
como el código de seguridad que está codificado para asegurar precisamente que
las identidades electrónicas no sean robadas.
En el caso de Drummond, lo más probable es que su teléfono -que utiliza el
sistema GSM (Sistema Global para Comunicaciones Móviles)- fuese sustraído
durante su visita a Israel.
Los teléfonos GSM cuentan con una tarjeta llamada SIM en la que se almacena el
número de teléfono asignado así como los códigos de seguridad.
Todo lo que se necesita es un aparato para leer tarjetas SIM y una computadora
personal para descifrar la información y poder duplicar la identidad en otro
teléfono móvil.
Algunos expertos en seguridad estiman que una tarjeta SIM puede ser "reventada"
en 12 horas, pero otros consideran que muchos grupos cuentan con la tecnología
para descifrar su contenido en segundos, haciendo relativamente fácil la
clonación de teléfonos.
Aunque el robo de identidades de teléfonos móviles parece estar en aumento en
todo el mundo, la mala imagen provocada por la publicación en las últimas horas
del caso de Drummond ha provocado que Rogers actúe.
Ted Rogers ha aceptado acudir a la casa de su cliente a tomar té y discutir lo
sucedido y se ha ofrecido a pagar de su bolsillo los más de 10.000 dólares en
llamadas telefónicas realizadas desde un teléfono Rogers "clonado". |