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El presidente George W. Bush ha reconocido que la Agencia de Seguridad
Nacional ha monitoreado llamadas y correos electrónicos sin orden judicial,
pero ha insistido en que sólo ha sido de comunicaciones internacionales, y sólo
de personas con vínculos innegables a al-Qaida. Sin embargo, el New York
Times informa el sábado que la NSA (siglas en inglés de la agencia), con ayuda
de compañías estadounidenses de telecomunicaciones, ha monitoreado un enorme
flujo de comunicaciones internas e internacionales. El informe cita como
fuentes a funcionarios gubernamentales en funciones y retirados que exigieron
permanecer anónimos. Tampoco proporciona el nombre de las compañías. Los
técnicos de la NSA, dice el informe, han examinado un enorme volumen de
conversaciones telefónicas y de internet, en busca de palabras o frases que
delaten planes terroristas. El volumen es mucho mayor de lo reconocido por la
Casa Blanca, afirma el diario. Según la versión, un ex gerente de tecnología
de una importante empresa de telecomunicaciones admitió que las compañías han
estado almacenando datos sobre llamadas telefónicas desde los ataques
terroristas del 11 de septiembre del 2001, y dándoselos al gobierno federal. El
diario no identificó ni al gerente ni a la compañía para la que trabajaba. La
revelación sobre el espionaje interno ha causado un escándalo político en
Estados Unidos, donde el gobierno tiene prohibido espiar a sus ciudadanos a
menos que cuente con una orden judicial que explique claramente los motivos de
la medida. Legisladores tanto demócratas como republicanos han criticado la
decisión de Bush y han exigido una investigación. |