Antonio Lorenzo -Madrid. El secreto de la nueva banda ancha que
prepara Telefónica de España dormita desde hace años bajo el asfalto de las
principales calles y avenidas de las grandes ciudades españolas. A mediados de
la década de los 90, la compañía que ahora preside Luis Lada desplegó una red
de cable de más de 1,4 millones de kilómetros, que finalmente quedó soterrada
ante la pujanza de un invento prodigioso que atendía por las siglas del ADSL.
El siglo pasado, los técnicos de Telefónica descubrieron la potencialidad del
par de cobre y convencieron a las altas esferas de la compañía sobre la
necesidad de cambiar la estrategia de desarrollo de la banda ancha en España.
¿Para qué derrochar esfuerzos con la fibra óptica cuando con el cableado
convencional se puede llegar al mismo camino, y sin necesidad de aspavientos
inversores?, se preguntaron los ingenieros antes de volcarse de lleno en el
ADSL.
La génesis del ADSL
Tras una ardua batalla con el regulador de las telecomunicaciones, Telefónica
consiguió paralizar su despliegue de cable y sustituirlo por el ADSL, un sistema
cuyas inversiones eran insignificantes comparadas con el cable. Una vez que
Telefónica consiguió que imperara la neutralidad tecnológica, a cambio de
exigentes compromisos en el desarrollo de la banda ancha a través de su ADSL, la
compañía dejó de levantar zanjas en las calles. No obstante, el cable que hasta
entonces se había desplegado quedó allí donde se había sembrado, precisamente en
el subsuelo de los carriles de bus de las grandes ciudades.
Ahora, diez años después de todo aquello, los técnicos de Telefónica llegan a la
conclusión de que el ADSL está muy bien, mucho mejor de lo que nadie podía haber
imaginado, pero sus prestaciones no óptimas cuando se trata de ofrecer
conexiones realmente superlativas, es decir, a partir de 50 Mbps. Precisamente
ese tránsito de información es el nivel que pronto se demandará para llevar a
los hogares españoles la televisión digital de alta definición. Esta nueva
oferta tecnológica crecerá al calor del VDSL, una generación avanzada de ADSL
que garantiza transferencias de 50 mega por segundo.
El salto de calidad que Telefónica ofrecerá a sus clientes con el sistema VDSL
será prodigioso, y forma parte de las actuaciones para los próximos años.
Por lo pronto, la compañía ya está probando los futuros usos de una plataforma
que exige el concurso de la fibra óptica en determinados tramos de la conexión.
Y en ese escenario es donde entra en juego el cable soterrado hace diez años.
Todo apunta a que Telefónica reutilizará en los próximos años la infraestructura
de fibra óptica desplegada en el pasado. De esta forma, la compañía de
telecomunicaciones aprovechará aquel esfuerzo que el tiempo no ha querido que
fuera baldío.
Fibra hasta el hogar
Detrás de esta ofensiva se esconde la tecnología FTTH (Fiber To The Home,
fibra hasta el hogar), que en Japón ya cuenta con cerca de cuatro millones de
suscriptores. Este sistema de acceso a banda ancha fija, que permite la
transmisión direccional de 100 Mbps, se ha convertido en la revelación del año
en Japón. Por lo pronto, el crecimiento de nuevos clientes de este sistema
supera al de los de ADSL enriquecidos que allí proliferan. Las razones saltan a
la vista: las altas prestaciones y los agresivos precios que manejan, con
tarifas básicas de 50 euros.
El FTTH constituye una eficaz combinación de fibra óptica y cable de cobre,
donde el elemento diferencial es el tramo de fibra óptica utilizado. Esta
infraestructura permite crear redes simétricas de 100 Mbps, lo que significa que
tan prodigioso ancho de banda es el mismo para |