Redacción - En la clandestinidad del spam se pueden descifrar las tendencias ocultas de
Internet. Para asombro de pocos, la casi obsesión de quienes mandan esos
millones de mensajes al ciberespacio está vinculada al sexo. Una fijación,
en realidad, tan vieja como la misma humanidad.
El lado más íntimo del sexo es enfrentado por estos e.mails que aparecen en
las computadoras “proponiendo” dejar atrás los problemas de erección, de
excitación, de flacidez y hasta depresión, con sólo hacer un clic.
Así –dicen estos anónimos vendedores- usted puede acceder desde la más
absoluta reserva a un universo de píldoras que van desde ansiolíticos a
ibuprofeno, pasando por artículos como alargadores del penes o direcciones
exclusivas para acceder a ciberpornografía. Otras pastillas de dudosa
procedencia afirman contener lo que ese desprevenido lector en particular
necesita.
Según el último informe de la compañía de seguridad informática Sophos, poco
menos de un cuarto de todo el spam que circuló por el mundo durante el
último trimestre de 2005 provino de ordenadores de los Estados Unidos, un
país, además, con una de las industrias pornográficas más importantes del
mundo.
Como el spam no discrimina, hombres, mujeres y niños reciben a diario super
ofertas para comprar Viagra a 3,75 dólares o Valium a 1,21. Las píldoras del
amor no tienen precio, pero si antes de ir al encuentro de Eros quiere
ponerse en forma, puede pedir pastillas para adelgazar a U$d 2.89.
La cuestión rayaría lo cómico de no ser porque las drogas, la obesidad y la
depresión son tres de los grandes problemas –el segundo considerado epidemia
mundial- que afronta la sociedad occidental y sobre todo las consideradas
“modernas”.
En cuanto al placer sexual, si bien este atributo de mujeres y hombres fue
siempre tema de escándalo, los productos que se proponen no son de venta
libre o en la mayoría de los casos no se recomienda ingerirlos sin una
prescripción médica tras la pertinente consulta, como por ejemplo en Viagra.
Es tan difícil deshacerse de estos correos basura que aun enviando el e.mail
a la dirección que, por obligación, cada spam debe tener para darle la
opción al usurario de no recibir más de su información, la cantidad de
basura diaria no disminuye.
En muchos casos, además, la página web de quienes venden esto productos
–como el caso de una farmacia on-line canadiense- se archivan
automáticamente en la sección de “Favoritos” de nuestro propio sistema.
Quienes distribuyen este tipo de píldoras y objetos vinculados al sexo no
escatiman en buscar razones para convencer: Un e.mail enviado por Enid Jacob
(¿?) asegura que sus productos ayudan a “tener una erección firme, disfrutar
de una mejor vida sexual, complacer a la pareja en lo que necesita, renovar
las fuerzas y energías, etc, etc”.
Saber de qué se tratan estas ofertas nos permite varias cosas más: no abrir
correos de personas que no conocemos, no perder el tiempo, controlar lo que
los niños pueden llegar a ver –y hasta comprar-, y reflexionar acerca de lo
que necesitamos realmente para ser “felices”.
Entre los países desde donde más se envía spam también se encuentran China,
con el el 22,3 por ciento del total, y y Corea del Sur, con un 9,7 por
ciento.
Un poco más lejos se encuentran Francia (5 por ciento), Canadá (3 por
ciento), Brasil (2,6), España (2,5), Austria (2,4), Taiwan (2,1), Polonia
(2), Japón (2) y Alemania (1,8).
Pese a que a comienzos de 2005 la cantidad total de spam disminuyó al 68,6
por ciento del total de correos electrónicos, durante los último meses del
año volvió a subir, afectando a 8 de cada 10 e-mails. |