Agencias - Durante la conferencia, celebrada hoy en el "Club de debates"
organizado por la Asociación de Editores de Madrid, Marinucci insistió en que
este servicio está principalmente dirigido a "beneficiar al sector editorial,
que hará negocio con nosotros", y a "ayudar a los usuarios a conocer la
existencia de los libros y su localización".
Según explicó el empresario italiano, este nuevo buscador de Google, ofrecería
al usuario servicios de localización de "todos los libros de dominio público",
tanto por su título como por el contenido de sus páginas, además de facilitar el
acceso a los puntos de venta para que, "una vez conozcan que el libro existe,
sepan donde pueden comprarlo".
La reproducción de los libros, según Marinucci, que insistió en que "la
seguridad es una prioridad" para Google, sería únicamente de cinco páginas,
que estarían protegidas para no poder ser copiadas, grabadas ni impresas, además
de contar con una resolución muy baja para que "ni siquiera puedan ser
fotografiadas desde la pantalla del ordenador y hacer fotocopias directamente de
los libros sea algo más fácil".
"No tendría sentido que Google apostara por algo que va en contra de la ley",
declaró Marinucci, que hizo hincapié en que el control de la publicación de los
libros en Internet estaría "en manos de las editoriales", que podrían decidir la
cantidad de texto que se mostraría y el modelo de negocio que se emplearía para
facilitar la venta de sus obras a los lectores interesados.
Respecto a los beneficios derivados de "Google Book Search", la empresa
norteamericana concederá, según Marinucci, "un 50% de los ingresos por
publicidad" a los titulares de los derechos de autor (editores o autores),
además de concederles la posibilidad de elegir su modelo de negocio: "pay per
view", impresión bajo demanda o patrocinio por publicidad.
Marinucci destacó la voluntad de "ayudar al amenazado sector editorial"
de "Google Book Search", que, sin embargo, fue destino de varias demandas por
parte de editoriales americanas en 2005, por causa, al parecer, de la muestra de
fondos de bibliotecas con el permiso de éstas, pero no de las editoriales, según
se planteó durante el debate.
Marinucci alegó a este respecto que estas acusaciones se debieron a
"muchísimos malentendidos", y que señaló que otro de los principales
objetivos de "Google Book Search" es facilitar el conocimiento de los fondos
bibliotecarios y su "conservación mediante la digitalización".
El representante de Google añadió que no se descartan oportunidades futuras de
que las editoriales, a las que calificó en numerosas ocasiones como "socios
afiliados", puedan "vender sus obras por capítulos, como ya se está
haciendo en el mundo de la música", ya que "es la mejor defensa contra la
piratería".
Marinucci se refirió a las pequeñas editoriales como "grandes beneficiarias
de este servicio", y explicó que, según las preferencias de los editores,
Google llevaría a cabo él mismo las tareas de digitalización e "indexación"
(procesar los textos por el significado de sus contenidos).
A pesar de las dudas planteadas, propias de un proyecto de tal magnitud, el
empresario e ingeniero italiano concluyó su intervención con una frase del
editor inglés Harder Collins: "El futuro del mundo editorial está ante
nosotros. Los editores podemos esconder la cabeza debajo del ala, o ser parte
activa de esta revolución. ¿Qué nos convence más?" |