Redacción - A pesar del asombro que ha levantado el reportaje de National
Geographic la existencia del "Evangelio de Judas" era ya conocido por
las distintas corrientes del cristianismo y San Ireneo de Lyon se hizo
eco, en el año 180, de una obra bajo ese nombre en su tratado "Contra la
herejía".
Sin embargo pocos conocían su contenido y durante siglos quedó como uno de esos
misterios que acompañan a todas las religiones. Recientemente, la prestigiosa
National Geographic invirtió dos millones de dólares en su recuperación y
traducción revelando su contenido, que para algunos cambia totalmente la visión
que hasta ahora teníamos de Judas Iscariote y del papel que este jugó durante
las últimas horas del padre del cristianismo.
El libro comienza así: "El relato secreto de la revelación que Jesús hizo en
conversaciones con Judas Iscariote durante una semana antes de que celebrasen la
Pascua".
En él se pinta a Judas como "el único discípulo que conoce la identidad
verdadera de Jesús", según George Wurst, profesor de la Universidad de
Augsburg, en Alemania.
No lo traicionó, "sino sólo hizo lo que Jesús le pidió", afirmó Craig
Evans, profesor de Nuevo Testamento de Acadia Divinity College, en Canadá. Así,
Jesús dice a Judas en el libro: "Tú superarás a todos ellos. Tú sacrificarás
al hombre que me recubre".
Los expertos que han analizado los manuscritos explican que según estos, Judas
no fue un traidor que vendió a Jesús por treinta monedas de plata, sino el
discípulo privilegiado al que encarga la misión más difícil, sacrificarlo para
ayudar a su esencia divina a escapar de la prisión del cuerpo y elevarse al
espacio celestial entroncando el sacrificio de Jesús con la más pura tradición
gnostica.
¿Obra de una secta?
Este es uno de los motivos que llevan a algunos expertos expertos a situar este
manuscrito como una obra de los Cainitas, una de las corrientes cristianas de la
época. Estos entendían el conocimiento (gnosis, del griego conocimiento) como
algo espiritual, de lo divino dentro del ser humano, que permite a la esencia de
la persona escapar de la prisión del cuerpo y elevarse al espacio celestial.
Otras corrientes del cristianismo abjuraron de estas teorías y consideraron a
los gnosticos como una secta e incluso herejes.
"Los gnósticos constituían una especie de movimiento de carácter ecléctico,
que había integrado elementos del judaísmo, de la religión irania y de la
filosofía griega, junto con otros provenientes del cristianismo", dijo al
periódico argentino Infobae el teólogo católico Luís Rivas contrario a
considerarlos como cristianos.
"San Ireneo de Lyon, en torno al año 180, dijo que existía un libro llamado
'Evangelio de Judas', que no era un 'evangelio' de la Iglesia Católica, sino que
se trataba de una obra escrita en el seno de la secta gnóstica de los Cainitas"
"Es evidente que no es un escrito de Judas, sino de alguien que en el siglo
III o IV utilizó su nombre para dar fundamento a las enseñanzas de la secta
gnóstica", enfatizó Rivas.
El biblista añadió que el contenido del documento "no puede ser tomado como
una auténtica tradición proveniente de Jesús, porque aunque se presenta como una
palabra dicha en secreto a uno de sus discípulos, no está de acuerdo con lo que
el Señor dijo públicamente, y que se contiene en los cuatro evangelios que la
Iglesia tiene desde el comienzo".
¿No eran cristianos?
Rivas asevera que "las enseñanzas de la secta (Cainitas) no tenían origen
cristiano, y sus miembros no eran reconocidos como 'cristianos'. Con la
desaparición de la secta, también se perdieron sus libros".
"De los cuatro evangelios originales existen copias desde el siglo II. Por
esa razón, a la Iglesia no le preocupa el encuentro y la traducción de este
texto escrito algunos siglos después, y que no transmite una enseñanza auténtica
sino algo elucubrado en el siglo III. No dice otra cosa que lo que pensaba un
pequeño grupo sectario, rechazado por los cristianos.
El padre Donald Senior, presidente de la Unión Católica de Teología de
EEUU, dijo que este texto no se ancla en ninguna tradición histórica.
A su juicio, usa los personajes de los libros canónicos, pero
"es una expresión de una
teología específica", la gnóstica, en su concepción del cuerpo humano
y la creación, que son muy diferentes a la de los Evangelios aceptados por la
Iglesia Católica.
Por el contrario, Craig Evans, Profesor de Nuevo Testamento en el
Academia Divinity College en Wolfville, Nueva Escocia, cree que este evangelio
"convierte el acto de traición de Judas en un acto de obediencia", señaló
En su opinión, "el sacrificio del cuerpo de Jesús se convirtió en salvación. Por
eso, Judas emerge como el héroe y termina siendo envidiado e inclusive insultado
por los otros discípulos".
¿Es plausible lo que dice? Evans recuerda que en dos ocasiones Jesús pidió cosas
en privado a dos de sus discípulos, según el Nuevo Testamento, y se pregunta si
su entrega a las autoridades judías por parte de Judas no sería una tercera.
"Es posible que el Evangelio de Judas fuera preservado en la memoria y que
los otros discípulos no lo supieran", dijo.
Quién lo escribió es otro misterio. En ningún lugar se dice que fuera Judas,
pero eso no debería hacer dudar de su veracidad, pues la autoría de los
Evangelios del Nuevo Testamento tampoco está asegurada.
"La mayoría de los textos son escritos en nombre de alguien más famoso",
como lo es un discípulo de Jesús, según Marvin Meyer, profesor de la
Universidad Chapman, en California.
Una larga historia
Aunque
se desconoce quien o quienes fueron los autores del "Evangelio de
Judas" si sabemos que los manuscritos datan del siglo III de nuestra
era. Así lo demuestran los análisis de carbono 14, la tinta, el
estilo de escritura y el contenido de este misterioso libro que
muestra otro aspecto del papel del que paso a la historia como el
discípulo traidor.
Según los expertos del National Geographic los manuscritos que
fueron hallados en la decada de los 70 serian la traducción al copto
de los manuscritos originales escritos en griego. Anteriores a esta
fecha, ya que el propio San Ireneo de Lyon ya mencionaba este
"Evangelio" en el año 180 por lo que seguramente debía haber tenido
una cierta difusión en algunos sectores de la cristiandad.
Su hallazgo se produjo por casualidad. Fue un agricultor egipcio
quien los encontró en una gruta situada en una zona desértica
próxima a la localidad de Bani Mazar, a unos 190 kilómetros al sur
de El Cairo.El hallazgo consistió en trece papiros envueltos en
cuero y fueron vendidos a un traficante ilegal egipcio de
arqueología que se los llevó a EEUU, donde los depositó en un banco
para venderlos luego a otro contrabandista a quien se los compró en
los años ochenta la fundación Maecenas, con sede en la ciudad suiza
de Basilea.
Finalmente, la National Geographic ayudo a la recuperación de estos
manuscritos y en colaboracion con el Instituto Waitt los restauró y
tradujo antes de entregarlos al Estado Egipcio quien los exhibirá al
publico en el Museo Copto.
Terry Garcia, vicepresidente ejecutivo de National Geographic, los
calificó como uno de los tres textos antiguos más importantes
descubiertos en el último siglo, junto con los manuscritos del Mar
Muerto y los de Nag Hammadi (Egipto).
A pesar de estar escrito en copto este evangelio tampoco es
reconocido por la iglesia Copta que al igual que otros brazos del
cristianismo solo prestan devoción y validez a los cuatro evangelios
históricos: san Juan, san Mateo, san Lucas y san Marcos. |
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