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La llegada de Playboy a este país de
mayoría musulmán desató una enorme polémica.
Los lideres religiosos musulmanes se sintieron desafiados por Playboy
desatando una campaña de boicot en contra de la publicación.
''La revista no tiene buena voluntad y está amenazando la vida de
nuestra nación'', afirmó Usman Alwi, del Frente de Defensores
Islámicos. ''Si no la cierran en una semana, estamos listos para
lanzar una guerra psicológica en su contra'', dijo, sin brindar
mayores detalles.
El pasado miércoles 150 militantes conservadores se concentraron frente
a las oficinas de Playbory mientras lanzaban piedras y proferían gritos
en contra de la revista.
Antes intentaron prohibir su difusión, aunque el propio gobierno y la
policía tuvieron que reconocer no había manera legal de evitar su
publicación.
Los altercados producidos y las amenazas a nuevos enfrentamientos
provocaron la petición de la policía y del gobierno a Playboy para que
dejase de publicar la revista, a lo que directivos de la publicación
respondieron con evasivas sobre sus intenciones futuras
Es, sin embargo, bastante improbable que las críticas preocupen a
Playboy. Mientras las protestas se mantengan a pequeña escala y
pacíficas incluso podrían darle mayor publicidad a una marca
históricamente provocadora y que por primera vez se adentra en un país
musulmán.
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Más suave
Playboy Indonesia muestra fotos de modelos femeninas en ropa interior más
conservadora, mucho más que su equivalente de Estados Unidos durante más de
medio siglo.
La revista que salio al mercado al precio de 5 dólares (más del doble del
salario mínimo diario en Yakarta) se agotó en los kioscos en un solo día.
Pero las criticas no llegaron solo del sector conservador y religioso.
Compradores de la edición se manifestaron contrariados con los contenidos del
primer número, demasiado suave e incluso menos provocativa que otras revistas
que circulan tradicionalmente en este país asiático.
Un lector, apesumbrado decía, que no compraría más la revista, simplemente
porque la encontró ''demasiado suave, nada buena''. Así lo indicó Indra,
trabajador de una mina extranjera que sólo se identificó con un nombre. ''Pensé
que iba a mostrar más como las revistas en Europa y Estados Unidos'', dijo. |