Gran parte de la estrategia de Microsoft contra el spam se basa en la tecnología
“Sender ID”. Este sistema se ocupa de chequear si la dirección del remitente
coincide con su correspondiente número de IP. En general los “spammers” utilizan
direcciones inventadas o falseadas, con el fin de esconder la identidad real de
quien envía cada correo electrónico. Gracias a este método, muchas veces logran
pasar los controles de los filtros antispam.
Tal como publica el sitio NewsFactor, para que el sistema de “Sender ID” pueda
funcionar se necesita que se hagan públicos unos registros llamados “Sender
Policy Framework” o SPF, que contienen listas de direcciones IP utilizadas para
enviar los e-mails.
Según Microsoft, actualmente 2,2 millones de dominios de Internet publican sus
registros SPF. Además la empresa afirma que 100 de las compañías más grandes del
mundo apoyan su estándar.
Otro punto a favor de “Sender ID” es que ya existen varias empresas
desarrolladoras de filtros antispam -como Symantec y Sendmail- que soportan esta
tecnología. Obviamente, uno de los principales servicios que se volcará a la
validación masiva mediante “Sender ID” será Hotmail, el sistema de e-mail de
Microsoft.
Sin embargo, existen opiniones encontradas dentro de la industria. “Sender ID”
no es visto con buenos ojos por varios de los principales rivales de la compañía
de Bill Gates. Por ejemplo, Yahoo –que está considerado como el líder mundial en
la provisión de casillas de mail- apoya una tecnología más compleja: DomainKeys
Identified Mail. Además, este último sistema cuenta con la aprobación de otro
jugador clave: Cisco Systems. A diferencia de Sender ID, la tecnología
DomainKeys incorpora el uso de un certificado encriptado, algo que también
permite al receptor del mail verificar la identidad del remitente pero que posee
mayores instancias de control.
Aunque el panorama aún parece confuso, los expertos aseguran que cualquier
tecnología de verificación que se implemente en forma masiva deberá ser
cuidadosamente monitoreada para evitar costos excesivos de desarrollo, problemas
de clasificación errónea de spam y conflictos entre distintos sistemas.
Se calcula que el spam constituye entre el 70% y el 80% del total de los
mensajes que circulan en la red. |