Guillem Alsina ([email protected]) -
El sector de las máquinas desktop, las computadoras que utilizamos en
nuestro trabajo diario, es el principal caballo de batalla que
actualmente mantiene Linux (el principal aspirante) contra Windows
(vigente campeón o, dicho del modo correcto, el sistema operativo más
extendido en dicho segmento), pese a que ninguno de los múltiples
sabores del pingüino ha podido imponerse sobre las ventanas de Gates. Y
no será porque no lo hayan intentado.
Novell lo ha hecho desde la adquisición de SuSE; Red Hat lo intentó y
fracasó, y de ello nació el proyecto Fedora, que substituye a las
versiones desktop de la compañía del sombrero rojo, ahora dedicada
íntegramente a los servidores; Ubuntu, pese a que nacida como una
distribución para todos, también parece haber hecho del desktop su
principal objetivo. Pero, si son tantas ¿porqué Linux no acaba de
triunfar en el sector desktop?
Para responder a esta pregunta y, de paso, marcar los pasos a seguir
para cualquier distribución que quiera optar a destronar a Windows como
desktop reinante, ha nacido el proyecto Portland, cuyas medidas
concretas son más bien difusas pero el objetivo general del cual está
bien claro: conseguir, precisamente, que Linux triunfe y reine en el
mundo de los desktop.
Un primer paso que parece haber dado Portland (que toma su nombre de la
ciudad homónima estadounidense que acogió las primeras reuniones del
grupo de trabajo) podría ser el acercamiento de las interfaces gráficas
KDE y Gnome, los dos escritorios más utilizados en la comunidad Linux.
Este movimiento sería parecido al Bluecurve de Red Hat/Fedora, que
unifica en gran medida el aspecto gráfico de ambos entornos en sus
respectivas distribuciones.
No solamente se trata de hacer que el aspecto de ambos escritorios sea
parecido, si no que también hay algo más importante: que operaciones tan
simples en otros sistemas con una sola interfaz de usuario (Windows o
Mac OS X) como copiar y pegar, lo sean igual de simples entre programas
de Gnome y KDE, ya que ahora el usuario puede encontrarse fácilmente con
dificultades que hacen que dichas operaciones sean rocambolescas, aunque
simples si solamente se utiliza software de Gnome o solamente software
de KDE.
Uno de los problemas con los que podría encontrarse Portland es la
rivalidad entre los desarrolladores de ambos entornos gráficos, que sin
hacer llegar la sangre al río, es bastante enconada. Las filosofías de
Gnome y de KDE también difieren, lo que añade dificultad al proyecto;
mientras que KDE da el máximo esplendor gráfico y proporciona
herramientas muy completas y gran cantidad de asistentes al usuario,
Gnome es más minimalista sin dejar de intentar cubrir todas las
necesidades del usuario. Incluso el propio Linus Torvalds llegó a
intervenir en esta auténtica "guerra de escritorios" recomendando el uso
de KDE antes que el de Gnome por cuestiones de funcionalidad.
Pero más allá de la unión o acercamiento de las interfaces de usuario de
los dos escritorios principales, Portland va a tener que lidiar con más
temas pendientes para Linux: más y mejor soporte para hardware (pese a
que este es envidiable respecto a otros sistemas operativos existentes)
o formatos de empaquetamiento de software estándar (superando la
fragmentación RPM, DEB, AutoPackage,...) entre otros. El objetivo final
es proporcionar a los desarrolladores una única interfaz para que
realicen su trabajo y no tengan que cuestionarse sobre qué entorno
gráfico apoyan y que conjunto de librerías utilizan. En definitiva,
controlar la evolución de un único escritorio.
Se espera que pronto sea liberado un primer software -del cual no se ha
especificado la función ni el funcionamiento- para desarrolladores, y
que más adelante durante este año se vaya liberando más software. Pocos
datos más han trascendido.
Algunos ya reclaman la inclusión de Portland en otros proyectos de
estandarización de mayor entidad o más antigüedad, como por ejemplo LSB
(Linux Standard Base)
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