Agencias -
Pese a que las nuevas tecnologías han convertido a los jóvenes indios en los
profesionales más buscados por empresas como Microsoft, hay otra inmensa parte
de la población que, sin educación ninguna, no tiene más remedio que convertirse
en mano de obra barata de las grandes ciudades para ganarse la vida.
En los Emiratos Arabes Unidos (EAU), el número de trabajadores indios supera el
millón, de los cuales el 23 por ciento se encuentran asentados en Dubai, según
datos del Ministerio de Interior con sede en la capital, Abu Dhabi.
Aviones siempre llenos salen diariamente de Nueva Delhi destino al Emirato Arabe
de Dubai, donde el gigantesco proyecto de construcción de la ciudad requiere
obreros que levanten la lujosa meca del turismo en el Golfo Pérsico.
De hecho, la compañía nacional Indian Airlines, la aerolínea de vuelos
domésticos de la India, tiene un servicio internacional especial a Dubai en el
que muchos inmigrantes indios se desplazan en busca de un futuro mejor como
operarios en la construcción.
En el avión de ida, viajan los indios sucios por el polvo y sin apenas
posesiones, mientras que a la vuelta se les ve con atuendos más occidentales y
con relojes modernos e inmensos equipajes.
En el famoso paraíso fiscal y el 'Duty Free' del aeropuerto de Dubai compran
pantallas de ordenadores y productos electrónicos a precios más baratos que en
territorio indio.
'Todos sueñan con ir al extranjero, por supuesto querrían ir a Estados Unidos,
pero aunque vayan a Dubai vuelven orgullosos y con la sonrisa en la boca,
aparentando que su vida ha sido estupenda', dice Poonam, una chica india de
clase alta que confiesa sentir pena por el futuro de estas personas.
Lo cierto, es que la vida que les espera en Dubai es incluso peor que en la
India.
Jornadas laborales eternas bajo un sol de justicia, pequeños descansos a la
sombra debajo de los camiones de la construcción o un rápido chapuzón en un mar
vetado para ellos, en donde los turistas disfrutan de las aguas cristalinas.
Los trabajadores firman contratos con las compañías constructoras en su tierra
natal y se trasladan a Dubai, donde viven en barracones, situados en campos para
trabajadores a unos quince kilómetros de la ciudad.
Viven en condiciones precarias mientras construyen una de las ciudades más
lujosas del mundo, donde ahora mismo se están levantando al menos cien
rascacielos y en un año estará listo el Burj Dubai, el edificio más alto del
mundo con más de 160 pisos.
'Las compañías tiene obligación de confiscar los pasaportes de los trabajadores,
según la legislación del Gobierno de EAU, y en muchas ocasiones, si existen
problemas laborales entre ambas partes, los ciudadanos indios no pueden volver a
sus país natal', explica Mario, un italiano, que pese a ser europeo, tampoco
tiene el pasaporte en su mano.
Poco pueden hacer los trabajadores en un país como Dubai, donde no hay
sindicatos y las huelgas son ilegales, aunque ha habido algunas recientemente.
De hecho, las malas condiciones laborales movilizaron a 8.000 trabajadores
indios de una firma de construcción que se pusieron en huelga para demandar
mejores salarios y condiciones de trabajo, desafiando la amenaza del Gobierno de
ser deportados.
Los empleados de la compañía Construcción Besix piden un salario de 270 dólares
al mes, dietas de 80 dólares y vacaciones anuales, según fuentes del Consulado
de la India.
'Además de tener que enfrentarse a unas condiciones laborales durísimas, los
indios y los paquistaníes sufren también el menosprecio de los habitantes de
este país, que son muy racistas y los tratan muy mal. Aquí a los únicos que
respetan son a los occidentales', dice Micaela, una argentina que trabaja en el
sector de la hostelería en Dubai y que aborrece este sistema social.
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