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El "Movimiento Fon", como se denomina la iniciativa de Varsavsky, pretende
hacer de Nueva York uno de los centros de su red global de conexiones
inalámbricas compartidas, con la que quiere revolucionar el acceso a Internet en
los lugares públicos de todo el planeta.
Desde que se anunció el programa a principios del pasado mes de agosto, más de
600 neoyorquinos ya han pedido convertirse en "Foneros" -nombre que reciben los
miembros de esta comunidad-, aunque de momento el programa sólo se ha lanzado en
el barrio neoyorquino de Manhattan.
Sin embargo, Gale Brewer, congresista local y jefe del comité de tecnología,
aseguró en un semanario local, "The City Limits", que duda de que muchos
ciudadanos decidan finalmente inscribirse en el programa y que Varsavsky logre
llevar a cabo su plan.
"Y si lo hace, tanto Verizón como Time Warner -dos de los mayores proveedores de
acceso a internet de la ciudad- tomarán nota y harán algo al respecto", señaló.
Esta ha sido la mayor barrera que se ha encontrado FON hasta el momento: las
grandes compañías no están dispuestas a que sus clientes compartan su señal
inalámbrica, y están dispuestas a llegar a los tribunales para impedirlo.
El representante de FON en Nueva York, Andrew Rasiej, aseguró a la prensa local
que no estaba demasiado preocupado por la legalidad de la iniciativa. "Las
posibilidades de que estas compañías demanden a sus clientes para evitar que
compartan su WiFi son cero.
Habría una gran protesta popular", explicó. Lo revolucionario y polémico de esta
comunidad es que sus miembros comparten el acceso inalámbrico a Internet de su
casa, y a cambio disfrutan de "conexión WiFi" gratuita en cualquier lugar del
mundo donde encuentren un punto de acceso de la comunidad.
Para eso necesitarán la "Fonera", un tipo especial de dispositivo de conexión
WiFi, denominado "router social", que permite a los miembros de la comunidad FON
compartir su ancho de banda con el resto de asociados que se encuentra en esa
zona.
La "Fonera" emite dos señales, una codificada y privada, y una pública,
accesible para los Foneros previamente registrados con un nombre de usuario y
una contraseña. La mayoría de los miembros de FON son "Linus", lo que implica
que comparten su WiFi a cambio de disfrutar de conexión gratuita en cualquier
punto de acceso FON.
También hay "Alien", que no comparten su señal, pero que reciben autorización
para acceder a la comunidad previo pago de 3 dólares por un pase diario. Además,
existe una tercera posibilidad, la de quienes prefieren obtener beneficio
compartiendo su ancho de banda, en lugar de acceder a Internet desde cualquier
lugar, y que reciben a cambio el 50 por ciento de lo que pagan los "Alien", son
los denominados "Bill".
La capacidad de ver la oportunidad de negocio de Varsavsky, que ha fundado siete
exitosas empresas en los últimos 20 años -entre ellas Jazztel, con la que
revolucionó el acceso a internet en España-, le ha permitido diseñar esta idea
junto a su grupo de colaboradores hace poco más de un año.
Todo comenzó con una idea simple: ¿por qué pagar por el acceso a Internet cuando
se sale a la calle si se paga en casa?. "Exacto, no deberías. Por eso hemos
decidido ayudar a crear una comunidad de usuarios que sacan mayor provecho a su
conexión compartiéndola", asegura la página web del movimiento.
Según la compañía, desde que comenzó sus actividades en noviembre de 2005, se
han registrado más de 40.000 usuarios en más de 140 países, y prometen llegar a
un millón en 2010.
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