Agencias .- Los primeros coches inteligentes, capaces de "entender lo que
desea el conductor y de comunicarse con él, con otros vehículos y con su
entorno", saldrán al mercado en dos años, auguró el directivo del Centro Alemán
de Investigación de Inteligencia Artificial, Wolfgang Wahlster.
En una entrevista concedida a Efe en la ciudad mediterránea de Barcelona, el
científico explicó que el sistema que ha diseño el centro que dirige permite que
los coches "reconozcan pautas de comportamiento, capten señales sensoriales,
verifiquen la edad, sexo y estado cognitivo del conductor y puedan conversar con
él".
Los sistemas diseñados por el DKFI -siglas en alemán del Centro de Investigación
de Inteligencia Artificial- se han probado por ahora sólo en algunos modelos de
BMW y Mercedes, aunque el año que viene "se probarán ya en 200 coches de otras
marcas".
El sistema funciona por medio de un computador con el que el conductor se
comunica a través de la voz, que captan unos micrófonos situados en la parte
frontal de vehículo, y oye las respuestas del ordenador a través de altavoces.
Una de las posibles aplicaciones de este innovador sistema es que el conductor
pregunte al coche dónde se encuentra la gasolinera más cercana con el
combustible más barato.
Tras haber comprendido la petición, el coche busca a través del GPS las
estaciones más próximas, entra en sus páginas web, compara los precio de cada
una, y da la respuesta.
El sistema también detecta "dónde están los radares y si ve que estás acelerando
te avisa si hay un peligro real que te detecte la policía", explicó el
responsable del DKFI.
Además es capaz de bajar de Internet una canción que pida el conductor, o
"responder a preguntas concretas", una información que el coche proporciona
directamente a través de Internet.
Estas innovaciones, que se irán introduciendo en los próximos años, representan
un paso más hacia el coche de conducción automático, que, de hecho, ya es
"técnicamente posible" pero todavía resulta muy caro, "hasta el doble del precio
de un vehículo convencional", aseguró Wahlster.
Sin embargo, para el científico, el principal problema es que habitualmente la
gente "le gusta conducir" y quieren "sentir que tienen el control del vehículo",
por lo que la aceptación de la conducción automática es un problema "más
psicológico, de confianza por parte del conductor, que técnico".
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