Gator se instala en los equipos de los usuarios
habitualmente como parte de alguna aplicación que lo incorpora o bien como
sistema independiente que permite recordar las contraseñas para acceder a
distintos sitios Web. Sin embargo, su poder va mucho más allá y además de espiar
la actividad de estos, modifica las páginas Web que se muestran en los
ordenadores donde se encuentra instalado, cambiando los banners de publicidad
por propios.
Por ejemplo, si un usuario ingresa en una página de autos de una empresa,
puede cambiar el banner por el de un competidor. De esa manera, se asegura un
ingreso por publicidad sin haber gastado un centavo en generar contenidos.
Varios sitios habían iniciado demandas contra Gator, ya que entendían que ésta
práctica era comercialmente desleal. Por ejemplo, una serie de diarios
estadounidenses, entre los que se encontraban The New York Times y The
Washington Post, llevaron a los tribunales a Gator.
Finalmente una corte corte estadounidense dictó un fallo en que afirma que las
prácticas comerciales que lleva adelante el software Gator son legales.
Las consecuencias del fallo están por verse. Pero lo cierto es que legitima una
práctica comercial bastante polémica, y podrían abrir paso a más herramientas
que utilizaran este sistema, como WhenU.com, relacionada con Gator, y también
demandada por Wells Fargo y Overstock.