Agencias - Funcionarios citados por los diarios The
Washington Post y The New York Times señalaron que la inédita
colonización de la Luna será seguida de un plan para enviar estadounidenses a
Marte. La información fue confirmada por el portavoz de la Casa Blanca,
Scott McClellan, que explico que esa nueva política comenzó a desarrollarse
tras la catástrofe del transbordador Columbia el primero de febrero del año
pasado.
La última presencia de humanos a la Luna ocurrió en 1972 con
la tripulación del Apolo.
Pero las fuentes, que no ofrecieron datos del costo del
programa, advirtieron que la instalación de una base permanente en la Luna
podría estar aún a una década de distancia.
En 1989, al cumplirse el 20 aniversario de la primera llegada a la Luna, la NASA
había estimado un proyecto similar en unos 400 mil millones de dólares.
El alto costo del proyecto podría prefigurar problemas para
su aprobación en el Congreso, en momentos que Estados Unidos padece déficits
presupuestales crónicos, agravados por el costo de la guerra en Irak y el
refuerzo de la lucha contra el terrorismo.
La NASA tiene en la actualidad un presupuesto de 15 mil
millones de dólares al año.
Aún al costo estimado hace más de una década, un proyecto de
colonización de la Luna tendría el potencial de disparar el déficit presupuestal
aún si se prorratea su costo en una década, según expertos.
En referencia al retorno del hombre a la Luna, el demócrata
Bart Gordon, miembro del Comité de Ciencias de la Cámara de Representantes,
señaló que "si no lo hacemos nosotros, alguien más lo hará".
Agregó que "los chinos, los europeos y los japoneses
tienen como objetivo llegar a la Luna. Sin duda que no queremos despertarnos un
día y ver que ya tienen una base allí, antes que nosotros".
"Debemos ir a la Luna y establecer allí una base de
investigación. Eso nos proporcionará oportunidades de desarrollar tecnologías y
sistemas que nos permitirán tener expediciones humanas a la Luna, a Marte y
después a otros planetas", manifestó Gordon.
Un ambicioso plan espacial es visto sin embargo como un
prerrequisito para devolver credibilidad a la agencia después de sucesivas
tragedias y como un elemento de unidad nacional.
El ambiente de pesimismo que se arrastró durante casi un año
en la agencia espacial estadounidense cambió a partir del pasado fin de semana
con el exitoso descenso en Marte de la nave de exploración "Spirit".
La sonda que comenzó a enviar fotografías panorámicas y en
colores de la superficie marciana pondrá en funcionamiento, posiblemente la
próxima semana, un vehículo de exploración "todo terreno" que es virtualmente un
laboratorio encargado de determinar si existe o existió alguna vez agua en el
Planeta Rojo.
La NASA tiene previsto el descenso de una segunda sonda, "Opportunity",
el 24 de enero próximo.
Sin embargo, una exploración humana al planeta rojo aun es
muy lejana. En esta línea The Washington Post señalaba que en este momento no
existen los fundamentos técnicos y científicos para un viaje a Marte, y el envío
del robot Spirit mostró la complejidad de lanzar un artefacto no tripulado por
humanos. Los expertos piensa en la posibilidad de iniciar los preparativos
para mandar una nave tripulada en una década o más.
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