La idea surgió durante una reunión en Londres del llamado Grupo
de Trabajo Global Virtual (VGTF), un organismo transfronterizo
creado hace seis meses con el objetivo de proteger al navegante
menor de edad.
Según el VGTF, la Unidad Criminal británica y el FBI
estadounidense coordinarían la tarea de establecer un sistema de
vigilancia durante las veinticuatro horas y diseñarían las líneas de
actuación.
En principio, los "agentes cibernéticos" podrán seguir las
conversaciones entre usuarios en los "chat" y si deciden que los
diálogos son potencialmente peligrosos, podrán intervenir para
advertir a ambas partes.
No obstante, los usuarios tendrán derecho a saber, antes de
entrar en un "chat", que ese sitio de Internet está siendo vigilado
por las fuerzas del orden, apuntó el VGTF.
Los criterios para calificar de "peligrosa" una conversación son
aún imprecisos, pero según la BBC, los agentes podrían intervenir si
alguien es preguntado por su nombre o su dirección domiciliaria.
El VGTF también consideró la posibilidad de que las entidades
bancarias se decidan a cancelar las tarjetas de crédito de clientes
que las han usado para acceder a páginas de pornografía infantil.
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