Presidenciales USA 2004

 

Cabalgata Anti Bush
 Un interesante articulo del diario El Mundo que reproducimos por su interés

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ACTORES, escritores, ciclistas, payasos, travestis, parados...Decenas de colectivos se movilizan contra el presidente durante la celebración de la Convención Republicana. En un teatro clandestino de Nueva York se grita «¡Voy a matar al presidente!»

CARLOS FRESNEDA. Nueva York

El Frente para la Liberación de la Imaginación (IFL) te convoca con alevosía y nocturnidad en una esquina del lejano Este. De allí te llevan con sigilo a un tugurio donde se escenifica clandestinamente la obra más provocadora de la cartelera neoyorquina: «Voy a Matar al Presidente». Los Servicios Secretos pueden habernos seguido, te advierten. La policía es capaz de entrar en cualquier momento y llevarte a comisaría por cometer «una ofensa federal». En el clímax de la función, uno de los actores le pide prestado un móvil a un espectador, marca el teléfono de la Casa Blanca e invita a todos los presentes a gritar: «¡¡¡Voy a matar al presidente!!!».


Lo que ocurre después lo dejamos en el aire, pues no sabemos si la obra antipatriota sobrevivirá a la Convención Republicana y a George W. Bush en una ciudad donde se le profesa un desprecio comparable sólo con el que provoca en Europa.

Por no saber, no sabemos ni qué ocurrirá en la calle, si la otra América conseguirá hacer oír su voz o si la maquinaria del poder logrará silenciarla, si viviremos en Nueva York escenas turbulentas como las de Chicago en el 68 y Seattle en el 99, o si el ejército de azul del alcalde Bloomberg será capaz de dispersar como cucarachas a los alborotadores con esos potentísimos Disuasores Sonoros que le ha comprado a los militares, visto el éxito que ha dado con las turbas en Irak.

Los 15.000 policías de Nueva York llevan más de un año entrenándose para lo peor. La semana pasada, como aperitivo, hicieron una exhibición de fuerza en un simulacro de desobediencia civil del que salieron por supuesto vencedores. El jueves distribuyeron una lista de 50 extremistas violentos y advirtieron que cada uno de ellos cuenta con al menos 50 seguidores dispuestos a dejarse arrestar. El FBI ha estado peinando por su cuenta a los grupos pacifistas y anarquistas en busca de ovejas negras.

El Ayuntamiento de Nueva York ha autorizado estos días 29 manifestaciones menores, convenientemente valladas y hostigadas por los hombres de azul, pero ha negado el permiso para la manifestación masiva en Central Park. Se estima que más de 250.000 manifestantes acudirán a la marcha convocada para hoy por United for Peace and Justice, pero acabado el desfile anti-Bush por la Séptima Avenida la protesta tendrá que evaporarse. «No toleraremos desórdenes en el parque», advierte el jefe de Policía, Raymond Kelly. «¡No nos silenciarán!» replica Leslie Cagan, la voz más sonora y conciliadora del nuevo movimiento pacifista.

¡Cuidado con la gente del Anarchist Black Cross, del No Police State y del International Solidarity Movement! ¡Cuidado también con los miembros de Stop Animal Cruelty y con los secuaces de The Organization! ¡Cuidado con un tal Kazi Toure, ex miembro de los Black Panthers, y sobre todo con Richard Picariello, radical de los años 70, vinculado al grupo ANSWER y presto a pasar a la acción en NY!

Que se sepa, las autoridades no han puesto aún el «Wanted» sobre las cabezas de los actores del Imagination Liberation Front (ILF), que pretenden seguir interpretando ¡Voy a matar al presidente! mientras dura la Convención Republicana.

«No estamos abogando por la violencia ni por el asesinato», se explica Hieronymous Bang, miembro anónimo del grupo. «Estamos simplemente respondiendo a la paranoia y al clima de terror de George W. Bush con sus mismas armas y con una sana dosis de humor...Queremos que los espectadores sientan en sus carnes la amenaza, y queremos también que la obra sirva de catarsis. A los delegados republicanos les dejaremos pasar gratis».

Los delirios del Imagination Liberation Front coinciden, sospechosamente, con las pretensiones de un tal Jay, asesino en potencia que sueña con matar al presidente. La novela se titula Checkpoint, y el autor, Nicholson Baker, confiesa haber volcado en su protagonista la frustración y la impotencia que ha sentido en los cuatro años y dos guerras de Bush. «¿Cómo reaccionas ante algo que es tremendamente equivocado e injusto?», se pregunta Baker. «¿Cómo haces para no volverte loco en esta situación?».

La escritura ha adquirido en los últimos tiempos una función terapéutica. El Bushbashing (golpear a Bush) se ha convertido en un nuevo género literario, y al presidente le bastará con acercarse al escaparate de la librería St. Mark's para leer todos esos títulos que le dedican: Fraude, Desertor, Cruel e inusual, Las Grandes Mentiras de Bush, El presidente del bien y del mal, El cerebro de Bush, Bushismos, Bushwacked, Bushland y muchos más.

Ya de paso, Bush podría rezar en la vecina iglesia de St. Mark s, que ha cedido su pórtico para representar Vomitorium 2004, una escenificación de los excesos del Imperio Romano, vomitona incluida.Uno tras otro, los actores se ponen hasta arriba de comida y vacían sus estómagos bajo la consigna: «¡Haced sitio para más! ¡Cuatro guerras más!».

Menos explícitos, aunque igual de avariciosos, los chicos y chicas de Millonarios por Bush pretenden manifestarse a bordo de limusinas y delante del mismísimo Hotel Plaza. «¿Somos una falsa organización de auténticos millonarios o somos una auténtica organización de falsos millonarios?», pregunta a la galería Thorston Howard IV, portavoz del grupo. «Dejaremos que los republicanos juzguen por sí mismos».

Con filiales en 75 ciudades, se están convirtiendo en una fuerza global de apoyo o resistencia a la causa: nunca se sabe. «No estamos en esto por dinero, estamos por amor», explica Thorston Howard IV. «Por amor al dinero, quiero decir»... El humor es el puñal de estos millonarios de pega -Meg A. Bucks, Alan Greenspend, Sir Rupticious- que denuncian los derroches de la Administración Bush impecablemente trajeados: frac, bombín y botella de champán para brindar «a la salud de Dick Cheney, Enron y Halliburton».


«PAYASOS INSURGENTES»


De riguroso uniforme, los reclutas del Ejército Clandestino Insurgente de Payasos Rebeldes prometen emular estos días las hazañas bélicas de Bush ataviados como el presidente cuando aterrizó en el portaaviones, marcando paquete y con pegatinas de «Misión Cumplida» en la frente.Desde Texas han llegado los travestis de Missile Dick Chicks, agitando agresivamente sus penes con forma de Tomahawks y listos para montárselo en público con el otro George, Boy George, en una fiesta que promete ser sonada: «Que Dios salve Nueva York».

Michael Moore montará el numerito, si le dejan, en las inmediaciones del Madison Square Garden, protegido por esas dos bombas sonoras instaladas sobre los jeeps militares y capaces de hacer correr como ratas a las masas humanas. Como réplica sonora, el comediante Al Franken ha invitado a todos los neoyorquinos a que abran de par en par sus ventanas el jueves, a la misma hora en la que Bush hablará en la Convención Republicana, y griten con todos los mecanismos de amplificación a su alcance algo así como: Fugheddaboudit!!!! (¡Olvídate!).

Habrá, por supuesto, protestas mucho más ceremoniosas, como la organizada por el también cineasta Michael de Seve, que anda reclutando en Brooklyn voluntarios para cargar con 1.000 ataúdes de cartón, en memoria de los soldados caídos en Irak. También en Brooklyn, los homeless han levantado con tenderetes el poblado Bushville, en honor al «presidente que más ha hecho por la injusticia social y por el abismo que separa a los pobres y a los ricos».

El lunes, precisamente, una cola de parados unirá Wall Street con el Madison Square Garden para recordarle a Bush cómo Nueva York, con un 7% de desempleo, no ha superado aún el impacto económico del 11-S y no perdona la «desviación de fondos» para la Guerra de Irak.

Ese mismo día la coalición Still We Rise acampará en la Union Square, el ágora neoyorquina, para protestar por la política sanitaria, desde el sida al veto a la investigación con células madre, y reclamar una Seguridad Social para todos.

El martes, los ciclistas de Time s Up, que fueron los primeros en poner a prueba a la policía, planean cortar el tráfico en varios puntos de la ciudad y exigir de una vez por todas a Bush que tome medidas contra el cambio climático.

El miércoles será el día de las feministas, capitaneadas por la Organización Nacional de Mujeres y espoleadas por grupos de nuevo cuño como Code Pink: el rosa al poder. El aborto, los matrimonios gays y la separación iglesia/estado serán algunas de las banderas que ondearán en Central Park.

Todos los días hay planeados actos de «resistencia civil no violenta», convocados sobre la marcha por grupos como A31. El objetivo es contribuir aún más al caos de Nueva York y llamar la atención de esos 15.000 periodistas acreditados para la Convención Republicana y tan reacios a pisar la calle, a menos que la policía se líe a golpes. «La acción directa es lo que provoca la atención de la prensa», admite Jaime Moran, 30 años y motor de la organización RCN Not Welcome, que coordina las protestas.


«O EL CAOS, O YO»


La serpiente multicolor que saldrá a la calles estos días tiene muchas cabezas, y eso preocupa no sólo a la policía, sino a los propios organizadores de las protestas, temerosos de que estallen brotes de violencia y de que el presidente Bush saque al final partido de la situación: «O el caos, o yo». «Tengo muchísimas ganas de pisar la calle estos días, pero también tengo miedo a que toda esta movida se nos vuelva en contra», admite Jim Morrison, abogado, 33 años, demócrata hasta la médula e instigador de esa moda de las camisetas anti-Bush que está causando furor en Manhattan.

«Todos sabemos que cuatro de cada cinco neoyorquinos votaron por Gore en 2000 y posiblemente lo hagan por John Kerry. Los republicanos también lo saben y por eso han elegido tomar la ciudad, por pura arrogancia y para sacar todo el partido posible de la situación», advierte Morrison.

Conversamos con Jim Morrison (nada que ver con su tocayo de los Doors) en el mercadillo de Orchard Street donde vende camisetas.Comenzó con las de BuShit y Dick, en deshonor al presidente y al vicepresidente. De ahí pasó a la crítica directa de la política exterior, con esas otras que invitan a marcharse de vacaciones al paraíso de Irak, a Gaza Strip, o a Arabia Saudí, refugio de los deportes de invierno.

«Las camisetas anti-Bush se ven todos los días, pero uno las lleva a una manifestación y luego se las quita», aclara Morrison.«Yo quería hacer algo más sutil, que pudieras llevar a la oficina...Empecé haciéndolas para mí, y un día me la vieron en un programa de la MTV y empezaron a pedírmelas. Ahora se las ponen Sean Penn, Susan Sarandon y Tim Robbins... Estoy empezando a ganarme la vida con esto».

O mucho cambian las cosas, o Jim Morrison tiene la tentación de marcharse con el negocio a otra parte... «Adoro esta ciudad y quiero a mi país, pero cada día me cuesta más reconocerme aquí.Estamos pisoteando todos los valores que siempre ha defendido América. El clima se está haciendo irrespirable, de verdad. Si vuelve a ganar Bush, me marcho a Europa».


PIES DE FOTOS TITULADAS

LIBROS PESADILLA

En Checkpoint, un ciudadano cabreado sueña con asesinar al presidente. Es sólo uno de las decenas de títulos anti-Bush: Fraude, Desertor, Cruel e inusual, Las Grandes Mentiras de Bush...


TEATROS...

Contra la Guerra. Más de 200 teatros y cientos de actores organizan «formas artísticas de protesta» contra Bush. Como Vomitorium 2004, una escenificación (vomitona incluida) desde los excesos y decadencia del Imperio Romano a los gritos de Four More Wars («Cuatro Guerras Más»).


MILLONARIOS POR BUSH

Su lema: «Que ningún multimillonario se quede atrás». Son 75 grupos en todo el país y denuncian con ironía las corruptelas de la Administración Bush, disfrazados con frac y con bombín. Durante la Convención Republicana celebrarán la Marcha del Millón de Millonarios.


CAMISETAS POLITICAS

Jim Morrison fue candidato demócrata a la Asamblea de Nueva Jersey antes de pasarse al diseño de camisetas políticas: En las más solicitadas se lee BuShit y Dick (Cheney).También tienen gran éxito las de política exterior: «Vacaciones en Irak», «Gaza Strip»...


UNIDOS POR LA PAZ Y LA JUSTICIA

La organización pacifista con mayor implantación en EEUU pretende emular el éxito de la manifestación del 15-F de 2003, que reunió a más de 200.000 neoyorquinos contra la Guerra de Irak. Hoy domingo convocan la gran marcha.






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Y en España también

Se llaman American Voices in Spain (www.americanvoices-spain.org) y podrá verlos y acompañarlos esta misma noche, entre las 21.30 y las 23.30, ante la Embajada de EEUU en Madrid. «Llevaremos velas para recordar a los norteamericanos y a los iraquíes muertos en Irak y para apoyar a nuestros compatriotas que van a estar protestando ante la Convención Republicana», explica Brian Engquist, 36 años, profesor de inglés y traductor, presidente y alma mater del grupo. Hace dos meses que acuden cada viernes, a ese mismo lugar con un mensaje muy explícito: «Pita contra Bush». Animan a los españoles a coger un pito y sumarse, pero aclaran que el grupo está formado sólo por estadounidenses y que no apoyan a ningún partido. «Nuestra prioridad es que Bush no tenga otro mandato, pero si gana Kerry, el viernes siguiente vendremos aquí para recordarle que no queremos un país militarizado». Son un grupo variopinto. Como Brian, algunos de sus miembros llevan una década, incluso más, viviendo aquí; otros acaban de llegar.También como Brian, algunos nunca antes habían participado en protestas, pero otros ya se movilizaban en los 60, con Vietnam.Son profesores de inglés, de Universidad, masajistas, sociólogos...«Estamos lejos de EEUU, pero seguimos siendo ciudadanos y votamos.Ahora es importante participar». / F. S






 


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domingo, 25 mayo 2014

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