|
Noticias
relacionadas |
|
|
|
Redacción - Si un consumidor compra un iPod su posibilidad de elección, en
cuanto a tiendas de música electrónica online, se limita a un único lugar,
iTunes, por supuesto, propiedad del mismo fabricante del dispositivo. Algo
semejante sucede con los reproductores Sony. Sus compradores solo pueden
recargar música legal comprada a través de la tienda online SonyConnect, como en
el anterior caso, también propiedad del mismo fabricante del reproductor.
Ambos fabricantes incorporan en sus dispositivos sistemas que impiden conectarse
con otras tiendas online o comprar música legal que no sea aquella ofertada por
ellos mismos. Tras este impedimento se encuentra la tecnología de protección de
derechos de autor (DRM) que limita las acciones de los consumidores en cuanto a
las acciones que pueda realizar con el dispositivo o el producto comprado
legalmente. Distintas organizaciones y usuarios creen que los fabricantes se han
extralimitado con la tecnología DRM al incorporar a esta sistemas que impiden no
solo la copia ilegal de los títulos sino que el usuario pueda reproducir la
música comprada en otro dispositivo que no sea del propio suministrador
Esta situación ha llevado a la mayor organización francesa de consumidores UFC a
demandarlos ante los tribunales de Paris (Apple) y Nanterre (Sony) por socavar
la libre elección de los usuarios a la hora de adquirir sus productos e impedir
la libre competencia en el mercado de música digital.
Las acciones de UFC van aún mucho más lejos. Su representante Julien Dourgnon
explica que ha iniciado otra acción ante la Comisión Europea para que rectifique
la Directiva del 2001 sobre los derechos de autor y que en la tramitación del
proyecto de ley sobre derechos de autor que se ha iniciado en Francia se obligue
a los fabricantes a la licencia cruzada. Esto significaría que todos los
fabricantes deberían incorporar en sus dispositivos compatibilidad con los
sistemas usados por sus competidores facilitando así la interoperatibilidad de
los títulos comprados y la libre elección de los consumidores.
|