King Kong se apodera otra vez de Nueva York y de los cines de todo el mundo
El gigantesco simio King Kong, que atemorizó al mundo en la película estrenada en 1933, regresó el pasado fin de semana a Nueva York 72 años después en la nueva versión del director neozelandés Peter Jackson. Hoy llegará a los cines españoles

King Kong es un remake de un film estrenado en 1933 con Fay Wray en el papel de actriz principal. Esta obra maestra de RKO,  fue totalmente innovadora para la época al usar una mezcla de efectos visuales totalmente nuevos (animación stop-motion o fotograma a fotograma, proyecciones sobre pantallas de fondo, decorados pintados en paneles múltiples de vidrio, miniaturas detalladas) que permitió contar la fantástica historia de un simio gigante capturado en la selva de una isla olvidada y llevado a la ciudad de Nueva York.

La película batió todos los récords nacionales de taquilla, recaudando 1,75 millones de dólares en la época, lo que permitió a RKO evitar la bancarrota. El estudio reestrenó el largometraje periódicamente hasta los años cincuenta. En 1991, KING KONG fue incluida en el Registro de Películas Nacionales por el Consejo de Salvaguarda de Películas Nacionales de la Biblioteca del Congreso. El significado cultural de esta historia mítica sigue alimentando la imaginación de historiadores, artistas y guionistas de cine, a pesar de que hayan transcurrido más de siete décadas desde su estreno.

Desde entonces se han rodado algunas otras versiones, aunque quizás la más conocida fue la de 1976 protagonizada por Jessica Lange transcurriendo las escenas en el moderno NY de la época.

Sin embargo, todas estas secuelas no contaron con los recursos de esta nueva versión, dirigida por  el  laureado Peter Jackson (director de la saga de 'El Señor de los Anillos'). Solamente su presupuesto fue de 207 millones de dólares, 20 de los cuales fueron los honorarios que cobró Jackson por dirigir el filme.

Respetando la historia original

En su adaptación, Jackson decidió respetar la época y el ambiente original – la Depresión en 1933 – por dos factores de peso: “Quería mantener la escena cumbre de la película, me refiero a la emblemática secuencia en que los bimotores atacan al “rey” Kong subido al Empire State. No se me ocurría nada que pudiera justificar un ataque con bimotores en la época moderna. Además, era necesario que el mundo fantástico fuera creíble. Ya no existe el sentido del misterio ni del descubrimiento en la época que vivimos. En los años treinta, todavía era posible creer que quedaba una isla desconocida... ese diminuto punto que podía haberse colado por la red”.

Ann Darrow, el personaje femenino principal, representa a Nueva York en los años treinta. Como actriz de vodevil, se gana la vida haciendo reír a la gente con canciones, réplicas y humor físico. A pesar de que parezca feliz en el escenario, no es el caso cuando se aleja del teatro. Su tristeza se puede palpar, como si reflejara la Depresión que la rodea. Cuando conoce a Carl Denham, le dice algo que define muy bien a su personaje: “Lo bueno no dura, Sr. Denham”. Ann ha descubierto que el vodevil se muere. El teatro ha cerrado, no tiene trabajo. Desesperada, recorre las calles de la gran ciudad donde conoce a Denham que la convence para que suba a bordo del “Venture”. Acaba de dar el primer paso hacia su destino.

El realizador y los productores siempre habían pensado en Naomi Watts cuando buscaban a una actriz que pudiera interpretar a Ann y sus múltiples estratos: el instinto de supervivencia, el coraje, la melancolía. Peter Jackson la había visto en su reveladora interpretación en Mulholland Drive (y en otras películas) y esperaba tener la oportunidad de trabajar con ella.

Peter Jackson y su equipo estaban en Londres para la posproducción de El señor de los anillos y aprovecharon para cenar con la actriz. Al final de la velada, estaba de acuerdo en probar suerte con el papel que convirtió a Fay Wray en una estrella.

Naomi Watts se sintió inmediatamente atraída por el proyecto; nos dice: “A la hora de escoger una película, hay que tener muchos elementos en consideración. Para mí, lo primero suele ser el director. Había visto la mayoría de las películas de Peter y estaba entusiasmada cuando me llamó. Todavía no habían terminado el guión, pero había visto la película original y me pareció una idea genial. Además, Fran Walsh y Philippa Boyens habían escrito guiones maravillosos, así que acepté el papel sin haber leído el guión”.

Más tarde, el director reunió a Naomi Watts, Fran Walsh y Philippa Boyens para presentarles a Fay Wray, la belleza que embrujó al gran simio. No sólo esperaban convencerla para que hiciera una aparición en la película, también les interesaba hablar con la legendaria belleza, la única superviviente entre los actores principales.

La reunión se celebró en pleno invierno en un piso de Nueva York. Durante la velada, se habló de lo que significaba ser actriz en los años treinta. Fay Wray rodó otras doce películas el mismo año que hizo KING KONG. Entonces no se descansaba entre proyectos ni tampoco se ensayaba mucho. Había que rodar muchas películas para distraer a la gente de las terribles condiciones económicas que asolaban el país durante la Depresión. Todos le hicieron decenas de preguntas. Naomi Watts reconoce que llegó a pensar que la anciana se sentiría abrumada, pero contestó con claridad y fuerza. “Parecía un diálogo de las películas de entonces”, añade la actriz.

Por desgracia, Fay Wray no pudo participar en la película; su salud no era buena y falleció en agosto de 2004. Cuando se le comunicó su muerte, Peter Jackson dijo: “La emblemática belleza de Fay quedó inmortalizada en el cine, pero los que hemos tenido la suerte de conocerla, nos acordaremos siempre de su inteligencia, su energía, su estilo y su encanto”.

El simio, la gran estrella del filme

Conseguir el personaje central del remake de Peter Jackson era de suma importancia, y todos tenían una idea muy clara de cómo debía ser el “rey” Kong.

Philippa Boyens nos dice: “Desde el principio, Peter quiso asegurarse de que Kong no fuera un monstruo, sino un gran gorila de lomo plateado que midiera ocho metros y pesara unos 3.500 kilos. Este Kong no era un monstruo antropomorfo”.

Peter Jackson, al describir a su protagonista, dice: “Hay que pensar que Kong es el último de su especie. Tuvo padre y madre, hermanas y hermanos, pero todos han muerto. Es el último de los grandes gorilas de la isla Calavera. Cuando muera, ya no habrá otro. Es una criatura muy solitaria. Cada día debe luchar por su supervivencia contra los tremendos dinosaurios que pueblan la isla. Su cuerpo está marcado por las cicatrices que le han dejado estos enfrentamientos. Imagino que tendrá 100 ó 120 años cuando empieza la historia. En su larga vida, ningún ser vivo le ha mostrado afecto. Ha tenido una vida brutal, muy dura”.

Los guionistas empezaron a crear una mitología para Kong que encajara con el concepto de 1933, pero que ofreciera más posibilidades al gorila de lomo plateado. Hace mucho que los isleños de Calavera deificaron a la especie de gorilas gigantes, pero nadie se acuerda de cómo empezó. A intervalos regulares durante el año, se ofrece una mujer al último dios simio. Se le llama, coge a la chica y se va. Kong no tarda en cansarse de la chica aterrorizada y la mata. Cuando el “Venture” atraca en la isla, los nativos deciden ofrecer a la extraña y rubia criatura al dios Kong durante una ceremonia especial. Kong aparece y huye con la ofrenda.

Nunca se planteó la pregunta de qué proceso se usaría para la creación del simio. Se decidió desde el principio que sería una criatura totalmente generada por ordenador. Sin embargo, después de la innovadora técnica que mezclaba la animación generada por ordenador y la animación por motion capture (captura de movimiento), con la que se creó el personaje de Gollum en El señor de los anillos, Peter Jackson y su equipo empezaron a estudiar un método aún más avanzado para dar vida a la octava maravilla del mundo. Todo se basaba en la participación de Andy Serkis, el mismo actor que imprimió a Gollum ese carácter cambiante, irresistible y (a veces) entrañable.

“Está claro que Kong iba más allá de cualquier cosa que habíamos hecho hasta ahora, por lo que es y por lo que debe hacer”, nos dice el director. “Hay que darle la posibilidad de ‘actuar’, pero no es humano, es un gorila. Por eso debe comportarse como tal y no queda más remedio que crearlo digitalmente. Hubo que añadir emoción a su rostro y a su mirada. Trabajamos dos años en modelar Kong antes de añadirlo a las escenas”.

Inventar la Isla de la Calavera y Reconstruir NY

Una de las grandes diferencias entre rodar la trilogía de El señor de los anillos y KING KONG fue la falta de decorados naturales. Peter Jackson nos dice: “Cuando empezamos a trabajar en KING KONG, todos pensamos que Nueva Zelanda era el sitio ideal. Tenemos grandes selvas, auténticas junglas, pero cuando se fotografían, se parecen a las de Hawai, a sitios que ya están muy vistos. Teníamos fantásticos bocetos conceptuales con enormes árboles retorcidos y deformados, rocas gigantescas, puentes naturales lanzados por encima de simas sin fondo. Era una selva infernal, con el terreno más difícil y más torturado que uno podía imaginar. Me bastó con ver los dibujos para saber que nunca encontraríamos algo parecido. Por eso decidimos muy al principio que si queríamos que la isla Calavera se pareciera a los bocetos conceptuales, debíamos crearla digitalmente”.

El resultado es una isla con un diseño extremo donde el realismo ha sido suplantado por la exageración, un lugar donde la evolución se ha desarrollado libremente durante millones de años. Al depender de un ambiente digital, el director tuvo la oportunidad de utilizar algunos componentes de efectos, como las miniaturas, que se utilizaron en la película original.

“Era una conexión con la película de 1933. Por ejemplo, la maqueta con capas múltiples para dar una profundidad que se desvanece en una jungla lechosa, con pocos contrastes. Tuvimos la oportunidad de recrear cosas así. He podido darle un estilo propio sin olvidarme del aspecto de la maqueta original, de la isla Calavera en miniatura, y me gusta. Es bastante realista, pero con un estilo peculiar”, nos dice Peter Jackson.

Joe Letteri, el supervisor jefe de efectos visuales, añade: “Peter quería crear la sensación de que la isla Calavera es la misma que se ve en la versión de 1933. Quería que estuviéramos en la misma isla, pero que se viera mejor porque las cámaras han mejorado mucho. El espectador debe sentir que es real. Debía parecer auténtica y tener el aspecto fantástico que tenía la isla original”.

Los artistas de Weta acabaron por crear 53 maquetas de la isla. Para reproducir la jungla fueron necesarias 104.000 piezas de follaje artificial; 3.100 lianas de látex; 1.500 lianas de tela; 25.000 plantas vivas enanas; 120 árboles en miniatura articulados; 100 árboles en miniatura no articulados, además de un sinfín de raíces, paneles para la corteza de los árboles, musgo y otras plantas para reproducir una jungla primitiva.

Igual que para la isla Calavera, también fue necesario un equipo de artistas para producir el otro escenario principal en el que transcurre parte de la acción de KING KONG. Nos referimos a la ciudad de Nueva York en 1933. Los artistas digitales fueron capaces de retroceder en el tiempo y reconstruir una ciudad que ya no existe. Dados los cambios drásticos que la ciudad ha sufrido en los últimos 72 años, era imposible transformar Nueva York y era preferible construirla desde cero. Pero al contrario de la isla Calavera, la ciudad existe, lo que implica ciertas limitaciones, pero, ¿qué edificios siguen en pie? ¿Qué se sabe de la ciudad en aquella época?

Las fotografías aéreas y de otra índole fueron de gran ayuda. Se contrastaron con fotos digitales de baja resolución actuales de la ciudad. Todos los edificios construidos después de 1933 fueron borrados, dejando muchos espacios vacíos que debían ser rellenados con edificios de la época. Pero dado que las fotos de entonces son en blanco y negro, hubo que determinar los colores originales a partir de los edificios que siguen en pie. Sólo entonces se empezó a reconstruir la ciudad con un programa especial que se basa en limitaciones muy estrictas referentes a los materiales, estilos, etc.

La productora de efectos visuales Eileen Moran nos dice: “Fue asombroso ver reaparecer Nueva York en los años treinta. Pudimos reconstruir toda la ciudad en 3D. Chris White, el supervisor de grafismo por ordenador, desarrolló un software, el ‘CityBot’, que permitía crear manzanas enteras con la arquitectura correspondiente a cada zona. Teníamos fantásticas fotos aéreas de la época y nuestra ciudad en 3D encaja perfectamente con ellas”.

Al cabo de un año de trabajo, los resultados demuestran que el proceso fue totalmente innovador:

- Se crearon 57.468 edificios en Manhattan a partir de 22.011.949 células o componentes, a lo que hay que añadir otros 32.839 edificios para Queens, Brooklyn y Nueva Jersey, más 51 edificios “estrellas”, o sea un total de 90.358 edificios. Dichas estructuras cubren una zona de más de 40 kilómetros de largo.

- Todas las construcciones se realizaron en 3D. Los nuevos programas permiten al artista (o al director de la película) coger la cámara y volar a cualquier parte de la ciudad virtual.
n Uno de los aspectos más importantes eran los tejados ya que han cambiado mucho desde los años treinta. Ni siquiera los edificios que todavía existen podían quedarse tal cual. Los tejados son perfectamente visibles en la escena cumbre en que Kong trepa por el Empire State.

- Weta Digital diseñó un software climático único que podía cubrir digitalmente a Manhattan de lluvia o de nieve.

- La ciudad debía estar en movimiento noche y día. Cuando se encienden las luces en los edificios, se descubren interiores virtuales.

- Si se superponen, el skyline virtual encaja casi a la perfección con el de las fotos de 1933.

Según el supervisor Chris White: “Construimos más de 90.000 edificios, de los que casi 60.000 son únicos hasta el más mínimo detalle. Cada edificio tiene ventanas, puertas, balcones, escalones, todo lo que uno espera ver en un edificio. Hay miles de chimeneas humeantes, torres de agua, escaleras de incendios. Todos estos detalles respetan el estilo de la época y son los que aportan vida a la película. Ninguna otra película ha enseñado Nueva York de esta forma”.

Peter Jackson añade: “Es como dar vida a una ciudad de Nueva York históricamente correcta, a pesar de que ya no se puede fotografiar en la realidad porque ya no existe”.

Hoy en la gran pantalla

Después de tantos esfuerzos por parte del equipo artístico y del técnico, el objetivo buscado por Peter Jackson es simple:

Sólo espero que el público salga de la sala con la sensación de habérselo pasado bien y de haberse involucrado emocionalmente con la película. Creo que las películas son algo más que mero entretenimiento. Es verdad que la primera responsabilidad de un cineasta es entretener al espectador, pero si además consigue emocionarle, hacerle sentir y pensar mientras ve la película, es aún mejor. Espero que eso ocurra con nuestra película, que la gente se conmueva con los personajes y, sobre todo, con Kong, a pesar de ser un tremendo bruto, pero muy noble en el fondo. Espero de verdad que hayamos sabido mostrarlo de tal forma que el público se sienta conmovido por su trágica historia... porque habrán encontrado el corazón de la película”.
 


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sábado, 24 mayo 2014

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