Torvalds explica que esta se basa en las exigencias que sobre la presencia
de DRMs (herramientas de gestión de derechos de autor) se establecen en esta
licencia.
La nueva licencia GPL3 es muy restrictiva en este terreno y como explica
Torvalds "es insano pedir que las personas ofrezcan sus llaves privadas, por
ejemplo. Yo no haré eso".
En sus comentarios, Torvalds cree que la licencia puede dañar la adopción de
linux en el sector corporativo y también por empresas de software, creación
multimedia, etc. Finalmente señala que l núcleo de Linux se ha cubierto siempre
("en general") bajo la versión 2 del GLP y que esto no va a cambiar.
Sin embargo Linus Torvalds dio su opinión acerca en la discusión sobre el
borrador de la versión 3 de la GLP en un post en la lista de correo del núcleo
de Linux (LKML).
Karen Copenhaver, CEO de la empresa de gestión de la propiedad intelectual
Black Duck Software Inc, avala la creencia de que en el fondo de las
discusiones se encuentra que camino debe tomar Linux en el futuro. "Linux
tiene un objetivo diferente al de la FSF (los autores de la nueva licencia). El
esta intentando hacer de Linux un producto viable comercialmente".
Nuevo divorcio entre Linus y la FSF
La nueva versión de la licencia GPL es la primera que se produce en sus quince
años de existencia. Fue impulsada por la FSF para afrontar posibles amenazas de
desarrolladores impuestas por las patentes de software y los nuevos sistemas de
gestión de derechos de autor (DRM).
Aunque de puertas afuera la comunidad de software libre es una gran familia que
puede parecer unidad, esto no es más que un espejismo habilmente divulgado por
algunos sectores con un peso cada vez menos importante en este mundo.
Las dos cabezas más importantes de la comunidad de código abierto, Linus
Torvalds y Richard Stallmann, llevan años enfrentados. Y mientras las tesis de
Torvalds cuentan con el apoyo de la industria del desarrollo, Stallmann y la
FSF tiene sus adeptos en algunos sectores de la comunidad universitaria
estadounidense (MIT), de América Latina y Europa.
Por el momento, son estos sectores los que con más ahínco están apoyando esta
revisión. Los desarrolladores de Debian miran, también, con agrado esta
revisión aunque algunos tienen preocupaciones por el significado de frases y
las implicaciones legales que se pueden derivar de algunas partes del borrador
presentado.
Como recoge "Kriptolis", Torvalds afirmó ya hace más de dos años que no quiere
que Linux sirva para hacer política, y que le gustaría que Linux pudiera servir
para todo, incluso para cosas que personalmente pudieran no gustarle...
Todo lo contrario a lo que opina la FSF que ha convertido el "código libre" en
una opción política por encima de cualquier consideración técnica. |