Los diversos observatorios repartidos por el país se llenaron
de aficionados y curiosos para admirar el fenómeno, que también pudo seguirse en
tiempo real desde Internet o incluso desde el propio balcón de casa, con la
debida protección ocular.
El recorrido de Venus duró más de seis horas, algo que no ocurría desde hacía
122 años. A Coruña, a las 07.20, fue la primera ciudad española donde pudo
observarse, y Las Palmas, a las 13.25, la última. En Madrid, el acontecimiento
fue ampliamente seguido en el Planetario (algunos aficionados llegaron a las
05.30 de la madrugada) y en la Facultad de Ciencias Físicas de la Complutense.
En Barcelona, el acontecimiento se pudo seguir en telescopios instalados en la
plaza Universitat, el Palau Reial de Pedralbes y el Passeig Marítim, con
pantalla gigante incluida.
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