Según las asociaciones de consumidores, promotoras del original
paro, uno de cada cinco usuarios dejó de lado su móvil durante la huelga,
convocada desde mediodía hasta las dos de la tarde.
Esta cifra equivale a unos ocho millones de italianos, lo que
supone "el primer gran éxito de una huelga demostrativa y simbólica que
esperamos sirva para abrir un debate con los operadores", declaró el
presidente de la asociación de consumidores Adusbef, Elio Lannutti.
Las compañías telefónicas, en cambio, insistieron en que la
actividad fue normal o incluso más elevada que el día anterior.
Así, la compañía TIM, una de las principales del país,
aseguró que en la primera hora de huelga el tráfico en las líneas de móviles
aumentó un ocho por ciento respecto a la víspera y "nadie apagó el teléfono".
Vodafone se refirió a un "tráfico absolutamente
regular", mientras que el operador H3G, dedicado a los servicios UMTS,
indicó que "las llamadas multimedia aumentaron y la huelga no tuvo ningún
efecto".
En cualquier caso, los promotores de la huelga se mostraron
"satisfechos" e insistieron en abrir un debate con las compañías "para
afrontar todas las cuestiones que perjudican a los usuarios".
Las asociaciones de consumidores sostienen que cada usuario
gasta entre cuatro y cinco euros al día en el teléfono móvil, de los que tan
sólo entre 1,5 y dos euros son gastos reales de llamada.
El resto va a parar a la cantidad fija que la compañía cobra por
inicio de conversación, el redondeo al alza del tiempo conversado, mensajes no
indispensables y servicios que no se han solicitado a la compañía.
Las organizaciones de consumidores han alertado de que no se
descartan otros paros "más largos, de 24 o 48 horas y precedidos de grandes
campañas de información" si las compañías telefónicas se niegan a establecer un
diálogo constructivo. |