El «joven» comité de empresa de la CMT mostró ayer su indignación ante «la
sorprendente» decisión. Un portavoz del mismo explicó a ABC que el trasladó
«abrirá inevitablemente un periodo de crisis de la institución» ya que la
plantilla se verá sometida a una radical modificación de las condiciones
laborales aceptadas en el momento de acceder a sus puestos, a través de la
correspondiente oposición. La misma fuente explicó la composición de la
plantilla en la actualidad: 156 personas (123 asalariados, 9 en prácticas, 14
becarios y 10 miembros del consejo) más 35 externas. «Estamos a la espera de
ver la reacción del ministro de Industria ante nuestras protestas, si no
tendríamos que volver a reunirnos».
La UGT de Madrid contraria al traslado
Por su parte el secretario general de UGT Madrid, José Ricardo Martínez, ha
pedido al Gobierno que analice su decisión de trasladar a Barcelona la sede de
la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) porque con la
"vorágine descentralizadora" podría darse la impresión de que "están
pagando precios por determinadas cuestiones".
En rueda de prensa para presentar las propuestas sindicales para el empleo y el
desarrollo en la Comunidad de Madrid, Martínez matizó que él no cree que este
traslado sea el pago de un precio, aunque insistió en que "parece conveniente
que este tipo de decisiones deben tomarse con tranquilidad y explicarse bien".
Para Martínez, "la descentralización ’per se’ es innecesaria e inconveniente"
y advirtió de que "las cosas hay que hacerlas cuando valen para algo".
"No creo que los trabajadores de Cataluña o Andalucía consideren necesario este
tipo de traslados", agregó Martínez, quien no obstante afirmó que en su
sindicato "nunca hemos tenido un concepto centralista".
La Comunidad de Madrid busca motivos ocultos en la decisión
Desde la Comunidad de Madrid, Ignacio González, vicepresidente primero del
Ejecutivo regional, aseguró que «esa decisión evidencia los compromisos ocultos
del tripartito catalán del que es cautivo el Ejecutivo de la Nación y que el
resto de los españoles des conocemos». Tras el Consejo de Gobierno, González
recalcó que «lo preocupante es que parece que Maragall «marca la pauta» de la
actuación de Zapatero y que dichos acuerdos ocultos van aflorando día a día, y
por fases, sin que nadie los explique». González, que se mostró a favor de que
los órganos públicos estén en cualquier lugar del territorio nacional, aclaró
que «no es razonable ni asumible que por determinados compromisos de partido
para garantizar la gobernabilidad se trasladen instituciones que ya están
asentadas y funcionan correctamente».
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