La red alternativa de noticias en internet Indymedia pidió
hoy información sobre dos servidores incautados por autoridades de EEUU por
sospecha de terrorismo, secuestro o lavado de dinero por orden de un país no
identificado. "No sabemos dónde están los servidores, ni quién los tiene", dijo
a EFE David Meieran, un integrante de la red, en una entrevista telefónica desde
Pittsburgh. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI)
de EEUU presentó el jueves pasado la orden judicial que autorizaba la
incautación del equipo informático a Rackspace, la compañía con sede en San
Antonio (Texas) que mantiene los lugares de internet de Indymedia.
Sin embargo, los servidores se encontraban en sus oficinas en
Londres. Meieran dijo que su organización no sabe quién
confiscó físicamente los servidores, ni a dónde los llevaron y por qué razón.
Rackspace indicó en un comunicado que la orden de incautación fue emitida en el
marco del Tratado de Asistencia Legal Mutua, el cual permite la cooperación
entre países en investigaciones de terrorismo internacional, secuestros y lavado
de dinero.
La empresa añadió que no puede ofrecer más información sobre
el tema por orden judicial.
Esta red sospecha que la orden de incautación del equipo informático provino de
Suiza o Italia, y que las autoridades estadounidenses actuaron a petición suya.
"No es una investigación del FBI", dijo a EFE Paul Bresson,
un portavoz de esta agencia, quien no quiso dar detalles sobre la operación.
Indymedia afirmó que las autoridades suizas han abierto
una investigación criminal sobre su cobertura de la Cumbre del G8 celebrada en
Evian (Francia) en 2003. Además, informó de que la fiscal italiana Marina
Plazzi puso en marcha otra investigación sobre la empresa por sospecha de
"apoyar al terrorismo". Meieran replicó que Indymedia
no está involucrada en ninguna actividad criminal. Añadió que la red quiere que
se abra una investigación sobre la legalidad de la orden de incautación y pidió
que le devuelvan los discos duros. Indymedia es una red
de sitios nacionales y regionales, donde voluntarios cuelgan noticias sobre
justicia social y el movimiento contra la globalización, entre otros temas.
El público puede enviar sus comentarios y ninguno de ellos es
censurado -según Meieran- aunque "escondemos cosas que violan las políticas
editoriales", como expresiones sexistas, homofóbicas o que incitan a la
violencia.
Seis de las 20 páginas que cayeron de la red tras la
incautación han sido restablecidas, según Meieran, entre ellas sus sitios de
Brasil, el País Vasco español, Polonia y Reino Unido. Otros, como los de
Uruguay, Italia y Nantes, han perdido información que se encontraba en los
servidores. |