(TERRA.cl) - Cuando Naomi Watts llevaba más de una década
desarrollándose como actriz, la crítica la vino a descubrir con Mulholland
Drive. Desde entonces, se convirtió en promesa hollywoodense y no pararon de
abrírsele las puertas hasta hoy, donde estelariza films de alta calaña como la
nueva versión de King Kong bajo la mano de Peter Jackson.
Pero para llegar a eso se necesitó mucho trabajo, y del duro. Tras pasar sus 14
primeros años de vida en Inglaterra, se cambió a Australia y se interesó en la
actuación, estudiando mientras aún iba al colegio. En 1986 llegó su debut
cinematográfico con la película romántica For love alone. Pero el primero
importante llegaría 5 años después con La primera experiencia, donde compartió
roles con una aún desconocida Nicole Kidman.
Con Hollywood se contactó por primera vez en Matinee, sucediéndoles papeles en
películas menores como Tank girl o Más fuerte que su destino, además de algunos
telefilms.
A inicios de esta década, llegaría su gran oportunidad, cuando el director David
Lynch la incluye en un proyecto de serie de televisión para el canal ABC llamado
Mulholland Drive, que posteriormente se cancela y el realizador la convirtió en
largometraje. La cinta se hizo acreedora de varios premios y ella se llenó de
buenas críticas, lo que valió ser considerada dentro de la primera línea
hollywoodense.
Ese año no sólo triunfó con Mulholland Drive, ya que ella produjo y protagonizó
el corto Ellie Parker, que le valió un premio a la mejor actriz de cortometraje
en el Festival de Sundance.
Teniendo el respaldo que le valió la película de Lynch, pudo escoger más
cuidadosamente sus nuevas propuestas. En 2002 estelarizó la escalofriante The
Ring, con la que volvió a arrasar con la crítica y el éxito de taquilla,
encarnando a la angustiada periodista que trataba de develar el terrible secreto
del misterioso “aro”.
Tras la comedia romántica Le Divorce y la humorística Funerarias S.A., llegó 21
gramos en 2003, junto a Sean Penn y Benicio del Toro, con la que estuvo nominada
al Oscar como mejor actriz protagonista.
Hoy, a fines de 2005, contando con otras producciones a su espalda como El gran
mar de los Sargazos, Conducta inmoral, Ned Kelly y Extrañas coincidencias, ahora
es la estrella de King Kong, un remake del clásico que se hizo por primera vez
hace 72 años. Esta vez, viene de la mano de Peter Jackson (El señor de los
anillos), con quien vuelven a dar vida al gorila gigante. Watts es Ann Darrow,
una actriz desempleada durante la era de la Gran Depresión en Estados Unidos,
que al introducirse en el proyecto de su vida, se encuentra cara a cara con el
simio de proporciones descomunales.
En esta nueva producción, el personaje llevado a la pantalla por Watts marca un
contrapunto respecto a las anteriores musas de King Kong, puesto que hay una
conexión que es, según sus propias palabras dichas a la prensa, “pura, hermosa y
paternal”, haciendo hincapié en la amistad que se genera entre ambos personajes
más que en la connotación sexual.
Desde ya se constituyó en la más contemporánea de las scream-queens, categoría
de las selectas musas que por sus gritos de horror pasaron a la historia del
cine. Watts grita bastante en King Kong, al igual que sus predecesoras en las
anteriores versiones. “Puedo ver que mucha gente va a sacar esa conclusión
inmediatamente después del estreno de King Kong porque grito mucho en esta
película... pero no quiero aceptar ese título”, señaló al lanzar la película. |