No ha sido así. 48 horas después de la entrada en vigor de la nueva ley
antitabaco, un altísimo porcentaje de bares y cafeterías de menos de 100 metros cuadrado, los que debían elegir entre
permitir o no fumar, han colocado en sus puertas el
cartel de "Permitido fumar".
José Luis Guerra, adjunto a la Presidencia de la Federación Española de
Hostelería, indicó a la agencia Servimedia que era
"previsible" que los bares se decidieran a dejar fumar a sus clientes, pero
"esperamos que poco a poco haya más
establecimientos" que opten por declarar sus instalaciones libres de humo.
"Eso tiene que venir demandado por el mercado", explicó el responsable de la
patronal. "No se puede forzar a los clientes
porque el restaurador se está jugando su negocio", agregó.
Referendums
Un buen numero de bares han tomado esta decisión tras consultar a sus
parroquianos habituales. Cafeterías de toda España han
practicado la democracia directa a través de Referendums, en los que los
clientes han podido votar si el local se convertía
en un "santuario libre de humos" o por el contrario se permitía fumar en su
interior. En la mayoría de establecimientos ha
ganado la segunda opción contrariadamente a lo que opinaba hace pocas semanas
la ministra de Salud que daba por sentado que
los propietarios de los bares iban a prohibir esta práctica.
El Gobierno contento
El secretario general del Ministerio de Sanidad, José Martínez Olmos, dijo a la
agencia Efe que las cosas estaban sucediendo
"tal y como se esperaba" y que el balance era positivo.
El Ministerio prevé que una vez se normalice la situación y las medidas
antitabaco se apliquen correctamente en todos los
ámbitos se reducirá en un 10% el número de fumadores de aquí al 2007.
Sin embargo, la Ministra de Sanidad lanzó ayer en una entrevista en el diario
ABC una clara advertencia, al señalar que si no
respetan los derechos de los no fumadores "habrá que ir más lejos", a la vez
que afirmaba que la Ley de Prevención del
Tabaquismo, que entró en vigor ayer, "es la mejor posible".
Para la ministra, las prohibiciones que establece la normativa estaba
justificada por "el escaso respeto con la población no
fumadora" que se daba en España por parte de los fumadores que imponían su
habito al resto de los ciudadanos aún tratándose
de una minoría. Salgado también afirmo que su Ministerio se ha puesto en
contacto con el de Hacienda para encarecer el precio
de las nuevas cajetillas que se venden a precios económicos.
Perdidas económicas para los quiosqueros
Los que si echaban humo con la entrada en vigor de la ley han sido los
quiosqueros españoles. Consideran que la prohibición de la venta de cajetillas
supondrá unas perdidas cercanas al 30% de sus ingresos, ya que muchos clientes
habituales compraban la cajetilla, el periódico y golosinas. No son los
únicos que reducirán su facturación con la normativa. El portavoz de la Federación Española de
Hostelería, evaluó en un 8% la disminución de la facturación del sector, lo
que provocará unas perdidas de 1600 millones de euros anuales y una
disminución del empleo en el sector de 20.000 puestos de trabajo. Los
profesionales de la restauración mostraron, además, su temor de que algunas
administraciones autonómicas endurezcan aún más la nueva normativa lo que podría
provocar el cierre de numerosos establecimientos. Profesionales de la
restauración, quiosqueros y establecimientos que hasta el momento vendían
cajetillas de tabaco, están convencidos de que la normativa provocará la reaparición en la
calle del tabaco de contrabando y la venta ilegal de paquetes de cigarrillos,
una practica que dejo de estar presente en las calles españoles hace ya varios
años. Por de pronto, en algunos lugares de Barcelona ya "reaparecieron" ayer
estos vendedores o alargaron la jornada aquellos habituales que solían vender
sus productos de 7 a 9 de la mañana. |