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Angel Cortés - Hace pocos días en un programa radiofónico en el que
presentábamos la edición catalana de Noticiasdot.com expresaba mis dudas sobre
el futuro de la TDT. Decía que en mi opinión, será la TV por Internet la que en
un futuro se convertirá en alternativa a la actual, analógica.
Mi gozo en un pozo, dice un refrán español, y es que parece que la red no puede
soportar de momento, un tráfico continuado como el que podría generar una
emisión convencional de TV a través de Internet.
Durante los últimos años, los proveedores de Internet y las grandes operadoras
han incrementado sustancialmente el ancho de banda disponible para los usuarios
aunque no al mismo ritmo con el que aumentaban las que alimentan los troncales
de la red.
Por poner un ejemplo, la mayoría de los usuarios españoles ya navegan a través
de ADSL y cable. Esto les permite acceder más rápidamente a los sitios a la vez
que descargar con mayor velocidad ficheros.
Sin embargo, si todos los usuarios se pusieran a descargar un fichero de golpe
manteniendo un flujo constante... la red quedaría colapsada.
Los proveedores de acceso suelen vender más capacidad de la que soportan sus
propias redes conscientes de que el flujo es desigual y que un balanceo de
cargas permite asegurar una fluidez del tráfico generado.
Los mismos expertos aseguran que este hecho es normal ya que Internet o mejor
dicho la arquitectura sobre la que esta construida no estaba pensada para este
tipo de tráfico.
Soluciones
Los proveedores dicen que adaptar las actuales redes a este tipo de tráfico es
caro... muy caro y que deben ser los proveedores de contenido los que deben
contribuir a esta inversión multimillonaria a la que se enfrentan.
De aquí su propuesta a que sitios como Google, Yahoo!, MSN, Youtube, etc...
Abonen una cantidad mayor por cada usuario que acceda a estos lugares.
Bellsouth, una de las mayores operadoras estadounidenses ha echado cuentas del
sobrecoste que supondría la TV online.
Un usuario normal que descarga habitualmente pequeños clips le supone un coste
adicional de 1 dólar mensual sobre la tarifa que ya abona de acceso sobre banda
ancha. Si este baja una media de cinco filmes mensuales el sobrecoste aumenta a
4,5 dólares y si se pasase una media de ocho diarias mirando videos aumentaría a
112 dólares.
La operadora estudia ya limitar la capacidad de tráfico de sus usuarios mientras
negocia con los grandes proveedores de contenido. Una de las posibilidades que
baraja es establecer un tope de Gigas a los que podrá acceder libremente a
partir del cual deberá pagar una cantidad determinada.
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