Elisa Lieber, AFP - Si no entiende estas instrucciones,
usted debe considerarse un "ciber-marginado", un término utilizado por el
experto español Xosé Castro Roig.
Los "ciber-marginados" son hispanohablantes para los cuales "todo el mundo de
los bits, las páginas web y la inmediatez les resulta cada vez más críptico y lo
ve pasar como un tren veloz al que ya no sabe ni puede subirse en marcha", había
diagnosticado Castro Roig en una conferencia organizada por el Instituto
Cervantes de Nueva York, en marzo del 2001.
Las palabras en español sufren una metamorfosis al pasar del papel a la
computadora y se transforman al "cyber-espanglish".
Ese "idioma", que consiste en castellanizar el inglés, se convirtió en moneda
corriente desde que internet empezó a ser usado masivamente a comienzos de los
años noventa.
"Los cambios tecnológicos introducen nuevos conceptos, ideas y objetos
materiales para los cuales no tenemos designación en español, lo que conduce
inevitablemente a la introducción de palabras oriundas de otros idiomas, con
frecuencia en forma innecesaria", indicó Ricardo Sosa, director de "La
Página del Idioma Español".
"En muchos países suena ridícula la opción de los españoles por usar la palabra
ratón en lugar de mouse. Sin embargo, si el aparato tiene forma de ratón, cola
de ratón y se mueve como un ratón, nada debería sonar más natural que llamarlo
ratón", agregó Sosa.
Un 45 por ciento de las páginas en internet es en inglés y apenas 5.68 por
ciento están escritas en español, según el último informe realizado por Funredes.
En la red de redes, el castellano (hablado por 350 millones de personas) tiene
una presencia inclusive inferior al alemán (idioma de unos 100 millones de
personas).
Para algunos críticos, internet aparece -después de la televisión- como el nuevo
colonizador omnipotente que desembarcó para imponer una visión del mundo en
inglés.
"La expansión de las nuevas tecnologías, vinculadas a poderosos intereses
económicos, está acelerando la imposición de patrones culturales externos al
mundo hispano, cuyos mensajes estandarizados empobrecen el lenguaje y el
pensamiento", se lee en las conclusiones del Congreso Internacional de la
Lengua Española celebrado en abril de 1997, en Zacatecas (México).
El idioma español "nunca como hoy se había enfrentado a una infección tan
poderosa", asegura por su parte Alex Grijelmo en su libro "Defensa
apasionada del idioma español", refiriéndose al uso de internet.
Quizá una de las muestras más claras del lugar que ocupa el español en internet
es que resulta imposible incorporar la letra "ñ" -emblema de la defensa del
castellano- en los dominios (más conocidos como domains) o en las direcciones de
correo electrónico (más conocidos como e-mails).
Además de tener que prescindir de la "ñ" y utilizar el "ciber-espanglish", el
uso de internet también impuso un nuevo lenguaje de abreviaturas, sobre todo,
entre los más jóvenes, que en lugar de escribir "para" utilizan "xa" o en vez de
"que" usan "q".
"Internet nos hace hablar como en clave y eso va a modificar sobre todo la
sintaxis", destacó el lingüista Luis Jaime Cisneros Vizquerra, director de
la Academia Peruana de la Lengua.
El especialista, sin embargo, no ve a internet como un "monstruo". Por el
contrario, argumento, "la lengua no es un fósil, no es un elemento muerto, no es
algo inerte que uno recibe, sino que es un elemento listo para enriquecerse y
que se va modificando como señal precisamente de que lo vamos usando, de que nos
va acompañando".
La historia dirá si el lenguaje propio de internet recorrerá el mismo camino que
los términos utilizados en el fútbol (referí, gol y córner, entre otros), que
fueron castellanizados, o seguirán siendo parte de un mundo paralelo y virtual.
Por lo pronto, la Real Academia Española (RAE) ya incorporó a su diccionario la
palabra "internet".
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