A pesar de su reducido tamaño, el teléfono móvil lleva camino de
convertirse en un cajón de sastre que incluye de todo y evita a los usuarios
cargar con diferentes artículos electrónicos.
Tras los videojuegos, las agendas o las cámaras fotográficas, la
música se ha convertido en el último ingrediente en añadirse al menú de estos
aparatitos en el mercado estadounidense, tal y como muestra el último modelo de
Motorola, una auténtica minidiscoteca con luces que se encienden y se apagan al
ritmo de la canción.
La tendencia de los operadores y fabricantes de móviles a
asimilar otros productos que, en principio, nada tienen que ver con la
comunicación telefónica, está alcanzando ya a la música.
"La música es portátil, y también lo son los móviles", señala Michael Goodman,
analista de la consultora Yankee Group. "Por eso, la posibilidad de convergencia
de ambas tecnologías es alta", señala.
La música tiene a su favor el hecho de que los ficheros ocupan
un pequeño tamaño y de que cada vez más usuarios desean llevar consigo sus
canciones favoritas.
Problemas técnicos
Sin embargo, este paso hacía el todo en uno se enfrenta, por
el momento, a la baja duración de las baterias cuando son utilizadas para
funciones multimedia y a la capacidad de almacenamiento de los terminales,
insuficiente para contener un buen número de canciones que satisfagan las
necesidades de los usuarios.
Nokia y otras marcas ya están utilizando tarjetas de memoria
flash -las que habitualmente utilizan las cámaras digitales- capaces de
almacenar hasta 256 MB, lo que equivale a varias horas de música.
"Para quienes quieran llevar consigo cinco mil canciones, no
creo que los móviles vayan a tener suficiente memoria", manifestó a News.com
Steven Kanuff, uno de los portavoces de Nokia.
"Pero para los que no quieran llevar consigo dos artículos, es
una buena alternativa", señaló.
Un buen negocio para las operadoras
Los operadores de telefonía móvil ya han comenzado a trabajar
con compañías como RealNetworks para ofrecer servicios avanzados de música y
permitir a los usuarios bajar canciones de la red. Este es el caso, en EE UU,
del modelo Treo 600.
Los fabricantes y operadores podrían inspirarse en el éxito
de los tonos o señales de llamada para móviles que, en lugar de los tonos
prefabricados, utilizan las canciones favoritas del usuario.
A pesar de que inicialmente muchos los consideraron una
extravagancia, a fecha de hoy las señales de llamada a la medida del consumidor
se han convertido en un negocio de grandes dimensiones.
Los expertos indican que la música tendrá que salvar, además
de los inconvenientes técnicos, un obstáculo más, relacionado con el modelo de
negocio.
Compañías como Apple Computer, con su "iPod" o la tienda en
Internet "iTunes" se han encargado de definir un mercado en el que los usuarios
están acostumbrados a pagar un bajo precio por cada canción (menos de un dólar),
ya que los beneficios proceden del hardware (componentes de computadora), lo más
caro.
Así mientras una canción en iTunes o Napster puede costar 90
centavos, la descarga a un móvil eleva el precio hasta tres y cuatro veces este
precio, como mínimo.
Este hecho se debe principalmente a que mientras en Internet
es, en cierta medida, fácil poner en marcha una tienda online de música, cuando
nos referimos a la telefonía móvil, además del coste que deberemos pagar al
propietario de los derechos deberemos alquilar el servicio de descarga a la
operadora.
"Los operadores no quieren perder esta fuente de ingresos
y no lo ponen fácil a los proveedores de contenido independientes", nos dice
el directivo de una compañía de servicios de valor añadido.
"La operadora se queda de entre el 40 al 60% del valor del
SMS (el sistema utilizado para la petición de canciones), esto incrementa el
coste del servicio que deseemos comercializar y en algunos casos lo hace
inviable", explica.
Sospechan, que como ha sucedido con algunos operadores estos
tienen la intención de acaparar este mercado y explotarlo en "exclusiva" a
través de acuerdos directos con las discográficas y sin dejar margen de
actuación a otras empresas independientes deseosas de entrar en este negocio.
"Quizas la solución venga cuando el UMTS sea una realidad
y los usuarios puedan navegar con su móvil y descargar canciones y otros
contenidos como si lo hicieran a través de la internet que ahora conocemos"...
finaliza
Sin embargo, para las operadoras la explicación es más
sencilla. A través de estos servicios se pueden amortizar las promociones que se
realizan para captar nuevos clientes a los que a veces se les regala el
terminal, algo que no sucede en las tiendas online, donde (como en el caso de
Apple) la venta de este sufraga algunos de los costes del servicio.
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