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Adolfo Plasencia: Richard, tú dices que las patentes en general y las patentes
de software en particular benefician a las grandes corporaciones. ¿Puede, el
tema de las patentes informáticas, convertirse en una nueva expresión de la
diferencia entre países pobres y ricos, entre el Norte y el Sur?
Richard Stallman: No exactamente. Es aún peor que eso. Incluso en el
Norte desarrollado, las patentes informáticas son obstáculos para todo el que
quiera desarrollar o usar software. Cada usuario está restringido directamente
por las patentes y cada empresa que quiera hacer comercio electrónico también
estará restringida directamente.
A.P.: ¿Porqué?
R.S.: Porque las ideas básicas de qué hacer en un ‘sitio’ Web de
comercio electrónico estarían patentadas. Todo ‘sitio’ Web de una organización
comercial o no comercial podría ser demandado (judicialmente) por las ideas
sobre computación que utilizará en él. Incluso los métodos o modelos de
negocio desarrollados o implementados mediante ordenadores podrían ser
patentados si se aprueba la ley en ese sentido.
A.P.: ¿Si todo esto se patenta en la Comunidad Europea, ¿qué seremos los
usuarios europeos de informática? ¿víctimas, o también potenciales delincuentes?
R.S.: Sí, seréis víctimas, y también, sí, seréis delincuentes. Porque
simplemente, cualquier ciudadano, al ser llamado delincuente y tratado como
tal es ya una víctima.
A.P.: Entonces, digámoslo claro, ¿el que se benefician de esto es alguien
‘tipo Microsoft’?
R.S.: No es el único. Frecuentemente las grandes compañías de desarrollo
de software son dueñas de muchas patentes. Pero también hay empresa pequeñas
cuya actividad consiste en aplicar en la práctica patentes de otros o en
amenazar con demandas judiciales, o directamente demandar como hacen muchos
bufetes importantes de abogados. De esta forma obtienen dinero como
‘parásitos’ de la actividad relacionada con las patentes de software.
Esa pequeñas o medianas empresas son, de esa manera, beneficiarias del campo
de las patentes, pero no tienen un poderoso ‘lobby’ para influir pro ejemplo
en los gobiernos, los políticos y los legisladores. Las grandes compañías de
software sí lo tienen. Y Ahora, por ejemplo, están presionando duramente en el
aparato legislativo de la Comunidad Europea.
A.P.: ¿Y se podría considerar debido a todo esto hoy en día a las patentes de
software como una nueva herramienta fundamental de ayuda al proceso político de
la globalización?
R.S.: No, no hay que exagerar. Pienso que no hay tanta conexión en este
campo. Además, la informática ya es de por sí, global.
A.P.: Sí, pero si se patenta el software de la informática, ésta se hará, en
general, cerrada, ‘prohibida’. ¿no?
R.S.: Sí, pero el problema no es que sea global, sino que sea ‘casi
prohibida’ para su desarrollo abierto. No que sea global sino ‘casi prohibida’
globalmente. Si todos los países aprueban leyes de patentes de software, en
cualquier país con esta leyes, las grandes compañías de software dispondrán de
una potente forma de dominio sobre el uso y del desarrollo de la informática,
en ese país y por tanto, sobre todos sus usuarios de ella. La empresas grandes
de la informática desean conseguir ese dominio. Lo quieren en cada país. Y en
cada país intentan conseguirlo a toda costa. Ese dominio es una gran fuente de
dinero y poder para ellas. En muchos países de la geografía global ya lo
tienen, pero en otros aun no.
A.P.: Pero si se consiguiera globalmente que los legisladores de Europa y de
todos los países aprobaran las patentes de software, ¿esto convertiría a las
grandes corporaciones de software en un nuevo ‘primer poder’ del mundo?.
R.S.: De mundo no digo. Éste es un asunto de la informática. Quieren un
poder absoluto sobre toda la informática. Yo no digo que automáticamente eso
implique un dominio sobre el mundo, sino sobre el campo informático del mundo.
Pero esto ya basta para que tal pretensión deba ser rechazada. Esta pretensión
es suficientemente mala para que todos debemos rechazarla. Para comprender
cómo las patentes de software tiene un efecto de enormes consecuencias, es
bueno recordar la afirmación del diputado europeo David Hammerstein, que
exponía el problema teórico de la patentes literarias. Por ejemplo, imaginemos
hubiera la posibilidad de patentar la idea genérica de una escena de amor
sobre un puente. Podría haber, en un relato concreto, esa escena junto con
miles de ideas mas sobre cosas que suceden en un relato o en una novela. Una
novela combina miles de ideas literarias como ésta. Si cada idea literaria de
este tipo pudiera ser patentada, esto no facilitaría la escritura de novelas
sino todo lo contrario, porque cada autor correría el riesgo de ser demandado
judicialmente por haber utilizado alguna idea genérica. Lo autores tendrían
miedo ya que corren riesgos, lo correrían por utilizar una determinada idea
que podrían haber usado tanto consciente como inconscientemente en su novela.
Esto sería un gran problema para los autores de novelas, para cualquiera que
deseara escribir novelas.Para ‘escribir’ obras de arte es necesario combinar
muchas ideas. Patentar sobre cada una de ellas es una amenaza, un peligro y un
obstáculo para los autores.Del mismo modo, la patentes de software son un
peligro y una amenaza para los desarrolladores de software y también, como
consecuencia de ello, para todos los usuarios.
A.P.: Estamos ahora en un momento crucial en la Comunidad Europea sobre la
aprobación o no de las patentes de software en su Parlamento. ¿Qué les dirías a
los ciudadanos europeo al respecto?
R.S.: El Parlamento Europeo debe saber que muchos ciudadanos europeos
quieren decir no a las patentes informáticas.
Hay que dar mucho apoyo ciudadanos para conseguir que mas de la mitad
del Parlamento Europeo se oponga a la aprobación de las patentes de software
en Europa, para vencer a esa proposición que pretende autorizar en el contexto
europeo las patentes informáticas.
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