En los últimos treinta años el número de electrodomésticos y de cacharros electrónicos en una casa media casi se ha triplicado, pasando de 17 a 47. Donde antes sólo había una plancha, una aspiradora, la lavadora y un televisor para toda la familia, ahora hay que añadir ingenios de todo tipo, desde el escáner hasta las alarmas, desde las cafeteras eléctricas hasta los ordenadores y las consolas para videojuegos.
Por no mencionar los televisores, que se han multiplicado hasta el extremo de que, por ejemplo en Inglaterra, se cuenta ya con la existencia de unos 60 millones de aparatos, uno por cada miembro de la población, incluidos los recién nacidos quienes no ven jamás la televisión.
La cantidad de energía necesaria para que funcione esta explosión de electrodomésticos se ha duplicado en el mismo periodo de tiempo, y los expertos calculan que crecerá otro 12% en los próximos cuatro años.
Consumo
Un televisor de plasma de 50 pulgadas puede consumir 822 kilowatios por hora, frente a los 350 de un televisor de cristal líquido del mismo tamaño y 322 de un televisor tradicional de tubo catódico. Un modelo grande de plasma puede consumir cuatro veces más electricidad que el modelo de tubo catódico más grande, y causar, por tanto, una emisión de óxido de carbono cuatro veces mayor.
A pesar de estos datos alarmantes, los nuevos TV contienen en su fabricación componentes más respetables con el medio ambiente con un gran número de materiales que puede reciclarse y ser utilizado en la fabricación de otros productos. Es, más en los últimos años los fabricantes se han visto forzados a innovar introduciendo nuevas tecnologías que faciliten el ahorro de los consumidores que con la llegada de tanto dispositivo han visto como se disparaba la factura eléctrica de sus casas.
Y es que según una reciente investigación de la Organización de Consumidores australiana, tener tanto “gadget” puede ser una gran carga para la economía familiar y si no vean estos datos.
De la PS3 al TV
Así, según esta organización de consumidores, un uso continuado de la Sony PlayStation 3 podría costar casi 250 dólares australianos (126,80 euros) anuales, cinco veces más que una nevera de tamaño mediano. El coste de la Xbox 360 es algo más económico unos 120 euros anuales. Por el contrario, una Nintendo Wii consume alrededor de una décima parte que sus competidoras (15 euros)
El consumo de un TV de Plasma antiguo supone una cantidad algo menor, 232 dólares australianos (117,5 euros) casi cinco veces más que lo que costaba un TV de rayos catódicos de 28″ (51 dólares o 26 euros).
Un PC de sobremesa tiene un coste anual de 130 dólares o 66 euros sin contar el coste suplementario del monitor que lo dispara a 83 euros. Apple se desmarca de esta tendencia, ya que sus equipos de sobremesa sólo consumirían 51 euros si se dejaran siempre encendidos. Los portátiles, por su parte, sólo generan un gasto eléctrico medio de 18 euros.
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yo sienpre les digo amis nieta cuidado con el calefon cuidado con el calefon pero ellas como si nada se bañan todos los dias y asi biene la cuentya de la lus que es una esorvitansia lo cara que sale la ute aqui en mi pais la republica oriental del uruguay tierra que fue cuna de mas grand ede los caudiyo de la emansipasion americana el general jose artigas