Angel Cortés - Ayer tuvo lugar la cuarta y penúltima jornada del "caso
Microsoft" que se inició el pasado lunes. Durante los dos primeros días las
sesiones se centraron en la posible obstrucción a la competencia que pueda
significar el hecho de la presencia de Windows Media en el Sistema operativo.
La UE y Microsoft repitieron de nuevo sus ya conocidos argumentos aunque por
primera vez, la multinacional informática revelo que la versión de Windows
"mutilada" no consiguió apenas ventas y que ni un ensamblador de equipos
informáticos decidió utilizarla.
El juez John D. Cooke no parecía impresionado por las argumentaciones del
abogado de la Comisión y por sus preguntas parecía ponerlas en duda.
Sesión Técnica
El miércoles estuvo centrado en analizar la interoperabilidad de Windows con
otras aplicaciones y si Microsoft ponía obstáculos a sus competidores en ese
terreno.
El abogado del Ejecutivo comunitario, Anthony Whelan, afirmo que la cesión a
otras empresas de las especificaciones técnicas para la interoperabilidad de
diferentes programas es una práctica habitual en la industria informática.
El abogado de Microsoft defendió la tesis de que solamente en condiciones
excepcionales debe prevalecer la legislación antitrust sobre las leyes de
propiedad intelectual.
Microsoft se refería a la posibilidad contemplada en las leyes
anticompetencia de que un fabricante pueda ser obligado a revelar su propiedad
intelectual (patentes, secretos comerciales y derechos de autor) si esa
información es indispensable para la marcha del mercado o de la sociedad.
El abogado argumento que Linux, el principal beneficiario de la liberación de
ese secreto comercial, ha conseguido una penetración del 11% en servidores
empresariales por lo que no tiene sentido esa exigencia de la UE.
Microsoft también presento el testimonio del profesor de la University
College, de Londres, David Evans, quien afirmo que la multinacional
tiene el 72% del mercado de pequeños servidores pero solamente el 33% del total
del mercado.
Jueves, el Tribunal pregunta
En la sesión de ayer jueves se retomo la discusión sobre la interoperabilidad
de los sistemas, aunque en esta ocasión en un tono más jurídico.
Tras excusar a las partes, el Juez que debe redactar la sentencia, pidió a
las partes que explicasen el valor de la información técnica sobre el sistema
operativo Windows que el gigante informático se niega a suministrar pese a las
presiones de la UE.
El juez también pregunto al abogado de Bruselas, Anthony Whelan, por
qué el gigante informático debería dar datos técnicos a sus rivales. "La
información que constituye la interoperabilidad es información comercial
enormemente valiosa. Por eso es difícil de entender la actitud de la Comisión de
que se trata de meros secretos comerciales", dijo.
El juez Cooke quería saber si "las reglas de competencia exigen que se
arrebate eso a Microsoft, transmitiendo una enorme ventaja comercial".
Whelan respondió que el valor que la empresa de Bill Gates otorga al código es
simplemente un reflejo de la cantidad de tiempo y esfuerzo que ha invertido en
crearlo, nada más.
Apoyando las tesis de la Comisión, el abogado que representa los intereses
de los competidores de Microsoft, James Flynn, subrayó que la información
del gigante informático "no se mantiene en secreto porque es valiosa sino que
es valiosa porque se mantiene en secreto".
El abogado de Microsoft, Ian Forrester, rechazó cualquier sugerencia
de que la empresa exageró deliberadamente la importancia de algunos de los
algoritmos que tendría que revelar añadiendo que traspasar esta frontera podría
perjudicar sus intereses al hacer posible que cualquier empresa clonase su
sistema operativo. |