Redacción - Un 1 de agosto de hace 25 años, MTV revolucionaba
el panorama televisivo con la llegada de un canal que solamente emitía
videoclips musicales. Poco tardaron otros grupos multimedia en copiar el modelo
y en poco tiempo las parrillas de las plataformas de pago se llenaban de
programas similares.
Los canales de videoclips aguantaron la primera "oleada digital" con fuerza.
Aunque millones de personas se sumaron a Internet durante la decada de los 90,
el ancho de banda disponible era un obstáculo para que los usuarios pudieran
disfrutar de experiencias multimedia reales a través de la red.
Con la llegada masiva de la banda ancha a los hogares irrumpieron con fuerza los
sistemas de intercambio de ficheros o sitios más recientes y hoy muy populares,
como YouTube (entre otros) autenticas videotecas musicales de todos los tiempos.
Por si fuera poco, los operadores y proveedores de servicios móviles se han
apuntado a esta tendencia y hoy ya podemos seguir, a través de nuestro terminal,
la última gira de los Rollings (con cortes de sus conciertos) o las sugestivas
imágenes del show en vivo de Robbie Williams.
Reinventarse o morir
Las principales cadenas de videoclips han sido las primeras victimas de la
disponibilidad masiva de todo este contenido multimedia, a un simple click de
cualquier usuario.
Es más, si antes las discográficas negociaban con estas cadenas para
"preestrenar" en exclusiva sus últimos lanzamientos a cambio de una fuerte
promoción, hoy han extendido sus esfuerzos a portales de contenido como Yahoo o
redes sociales como MySpace.com.
El pasado domingo se emitía por última vez uno de los programas pioneros del
panorama músical mundial, "Top of the Pops" de la BBC. La MTV, celebrando su
veinticinco aniversario, anunciaba que iba a lanzar un nuevo canal online en el
que los usuarios serían los protagonistas al seleccionar y aportar ellos mismos
los contenidos.
Un "YouTube" musical... vamos.
Un especialista en este tipo de contenidos explicaba claramente la situación. "Los
jóvenes no están dispuestos a esperar un programa que se emite una vez a la
semana para oír o ver a sus grupos preferidos. Tampoco se encuentran a gusto con
la programación preseleccionada de los canales de videoclips que abordan muchos
estilos y grupos distintos en una era en que las opciones musicales son más
amplias que nunca".
"Los jóvenes están bajando constantemente música de Internet y reciben
información mucho más rápida de lo que estas cadenas les vienen ofreciendo".
El mismo experto, Dylan White, director da Anglo Plugging, insiste que es
posible que los programas musicales tradicionales aún tengan sentido para el
público preadolescente pero no para los adolescentes y jóvenes.
Y como ejemplo para sus argumentos expone el caso del "emblemático" Top of the
Pops de la BBC. En los últimos meses, el programa no ha pasado de un millón de
espectadores cuando en sus épocas gloriosas alcanzaba los 15 millones de
televidentes siguiendo la emisión.
Y es que en el Reino Unido, los jóvenes y adolescentes pasan más tiempo delante
del ordenador conectados a internet que frente a la tele y eso supone un cambio
de preferencias a la hora de seleccionar cuales son los medios por los que se
mantiene informado de aquellos temas que le interesan
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