Con los autos de gasolina señalados como los responsables de una tercera parte
de la producción de gases de efecto invernadero, que contribuyen al
calentamiento global, los gobiernos de los países más industrializados han
reconocido la urgencia de impulsar la creación de autos verdes.
Y en Detroit, la cuna del automóvil estadounidense, General Motors y Ford están
invirtiendo fuertes sumas en el desarrollo de nuevos vehículos que sin perder
sus prestaciones se conviertan en amigos de la naturaleza. Una situación muy
parecida a la que se vive en Japón, donde el propio Gobierno con el apoyo de la
industria impulsa la investigación y fabricación de este tipo de automóviles.
En este marco, NAIAS 2003, la mayor exhibición de la industria automovilística,
se convirtió en un gran escaparate de prototipos y
vehículos de serie que ya incorporan la combustión de hidrogeno como
energía para su funcionamiento.