La acción, que viene siendo coordinada desde ese sitio web, se realizará de
manera silenciosa y pacifica en la capital federal estadounidenses y consiste en
dar la espalda en el momento justo en que desfile el presidente Bush tras su
toma de posesión.
La organización espera reunir a miles de manifestantes de cuarenta estados que
se han desplazado a la capital del Estado para participar en la protesta.
y les ha recomendado que acudan a los lugares de concentración sin pancartas ni
otros signos identificativos. El grupo Act Now to Stop War and End Racism (ANSWER)
que se opone al presidente Bush y a la guerra protagonizará otras acciones más
"sonadas" durante el desfile. Ha desplazado a la capital veteranos de guerra,
lideres religiosos y familias de soldados muertos. Van a llamar la atención con
la misma proporción "a la gravedad de la situación en Iraq", dijo su coordinador
al diario USA Today Sin embargo, y a pesar de los deseos de este grupo, poco
podrán hacer fuera de dar la espalda a Bush. La ciudad vive "tomada" por un
fuerte desplegamiento de seguridad con 6.000 policías y 7.000 militares
desplegados, cazas en el cielo, patrullas por el Río Potomac, baterías de
misiles móviles en el Capitolio y cámaras en las intersecciones clave de la
ciudad. Esta presencia policial dejará pocas oportunidades a los
manifestantes para mostrar cualquier rebeldía juvenil y saltarse las normas que
les han impuesto las autoridades en su protesta Otras organizaciones están
preparando protestas a lo largo de los EEUU. Se han anunciado
manifestaciones en San Francisco, Los Angeles y Seattle y en docenas de pequeñas
comunidades (Bridgewater en Massachusetts y Flagstaff en Arizona,
por ejemplo) también se han convocado a marchas de protesta. El ex aspirante
demócrata a la presidencia, George McGovern, será el principal orador de una
manifestación programada en Santa Cruz, California. En Nueva Orleans, el
Comité del 20 de Enero ha organizado una procesión fúnebre a través del centro
de la ciudad que será animada por orquestas de jazz. También se proponen no
comprar gasolina, alimentos o usar su tarjeta de crédito ese día. El objetivo es
lanzar un mensaje claro a los republicanos, las corporaciones petroleras, los
bancos, las grandes cadenas de tiendas, y todos aquellos grandes grupos que
apoyarn la reelección de que no pueden seguir ignorando el rechazo de una gran
parte de la población a la política militarista del reelecto presidente.
El grado de movilización de grupos y jóvenes en todo el
país augura unas manifestaciones "sin precedentes en tamaño y alcance",
según James Hudnut-Beumler, decano de la Facultad de Teología de la Universidad
Vanderbilt y un experto en movimientos de protesta. La Casa Blanca no
parece muy preocupada por ese boicot potencial. Bush "está orgulloso de que
vivimos en una sociedad donde sus habitantes tienen libertad de expresar sus
opiniones de manera pacífica", dijo su portavoz, Jim Morrell. |