El primer día de la convención Republicana permitió
percatarse de las rigurosas medidas de seguridad que dispuso la organización del
evento, que incluso lograron irritar a varios de los delegados del partido y a
los invitados de honor.
Naranjas, tazas de café y botellas de perfume son algunos de los primeros
objetos confiscados por los agentes de seguridad, que cumplen al pie de la letra
la disposición de prohibir el ingreso de alimentos, bebidas, botellas y
aspersores al Madison Square Garden, y que con tal de hacerlo, son capaces de
perseguir a los invitados por cada rincón del recinto.
Tampoco se permiten los paraguas, debido a que, según la portavoz del Servicio
Secreto, Ann Roman, “pueden ser utilizados de manera indebida”.
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