La nave SpaceShipOne despegará a primera hora del miércoles
desde el desierto de Mojave, al sur de California, y en lugar de dos pasajeros
llevará dos maniquíes de peso equivalente al de dos personas.
El vuelo durará unos 90 minutos, y concluirá cuando la nave
toque tierra de nuevo en el pequeño aeropuerto.
Los jueces del Ansari, que premia con diez millones de dólares
al primer equipo que consiga esta hazaña, confirmarán si el SpaceShipOne
efectivamente alcanzó la altitud requerida dos horas después de su aterrizaje.
Si todo va bien, la futurista nave volverá a elevarse a 100
kilómetros de altitud, el límite del espacio exterior, el próximo 4 de octubre,
una fecha que coincide con el aniversario del lanzamiento del satélite de la
antigua Unión Soviética Sputnik I, que marcó el inicio de la carrera espacial.
Al igual que ocurrió en junio pasado, cuando el SpaceShipOne
alcanzó por primera vez los confines de la atmósfera, Mojave se ha convertido en
centro de peregrinación de aficionados y expertos.
Entre ellos se encuentra Eric Anderson, presidente de Space
Adventures, la compañía detrás del primer vuelo espacial que permitió volar a
dos turistas en 2001 y 2002, respectivamente.
Anderson está convencido de que el SpaceShipOne tendrá éxito, y señala que no lo
duraría un momento si tuviera la oportunidad de viajar a bordo.
"Estos vuelos son históricos, y convierten la experiencia
espacial en más económica y accesible", señaló Anderson a EFE.
"Space Adventures" tiene una lista de más de cien personas
-entre ellos un joven de 14 años- que ya han realizado depósitos de hasta
100.000 dólares para disfrutar de vuelos suborbitales como el de mañana.
SpaceShipOne no será la única nave en participar por el Ansari
X. Al premio también concursa el equipo canadiense Da Vinci Project, que anunció
la semana pasada que retrasará la fecha inicialmente prevista para su vuelo (el
2 de octubre) por problemas técnicos con la nave.
Liderado por el ingeniero y piloto Brian Feeney, el Da Vinci
Project planea utilizar un globo que elevará al cohete Wild Fire a unos 25
kilómetros de altitud.
Pero de momento toda la atención está puesta en el SpaceShipOne,
que en junio abrió las puertas de la carrera espacial a la empresa privada en un
vuelo histórico de la mano del veterano Mike Melvill, quien podría repetir la
hazaña mañana (el nombre del piloto todavía no se ha confirmado).
El astronauta dijo entonces que lo único que le apenaba es que
el diseñador aeronáutico Burt Rutan, pionero en nuevos tipos de aviones y quien
puso en marcha el proyecto, y el multimillonario cofundador de Microsoft Paul
Allen, que lo sufragó, no hubieran podido disfrutar de la experiencia de primera
mano.
Pero esto podría solucionarse pronto.
El evento se produce dos días después de que Richard Branson, el
dueño de Virgin, anunciase que su compañía ha firmado un contrato para
asegurarse los primeros vuelos comerciales al espacio.
De acuerdo con Virgin, que dio a conocer esta iniciativa
espacial en la Real Sociedad Aeronáutica de Londres, unos 3.000 astronautas
podrían viajar al espacio de aquí a cinco años.
El dueño de Virgin hizo la presentación con Rutan, quien entre
otras cosas tiene en su haber el diseño del avión ligero Voyager, el primero que
dio la vuelta al mundo sin repostar, en 1986.
Rutan ya colaboró con Branson en el Virgin GlobalFlyer, otro
avión diseñado para volar alrededor del mundo sin parar. |