Esto es una declaración de guerra. No habrá heridos, y
sabemos quienes serán los vencedores. Porque somos más, somos mejores y somos
quienes les damos de comer.
La SGAE habrá de ser intervenida por el Ministerio de Cultura, auditada y sus
estatutos revisados para devolver a los Autores la representatividad o será
disuelta antes de un año.
De lo contrario el daño a la cultura y al tejido creativo real de nuestro país
podría sufrir un daño irreversible que no deseamos bajo ningún concepto y que
creemos es el único perjudicado por las agresiones de la SGAE. La Plataforma de
Coordinación de Movilizaciones contra la SGAE anuncia el inicio de hostilidades
y retomará proyectos anteriormente desechados por su agresividad y contundencia.
Los consumidores españoles a quienes representa ésta plataforma no están
dispuestos a que sus derechos más elementales sean violentados impunemente por
la SGAE. Si los poderes públicos no defienden los intereses de los ciudadanos,
no nos quedará más opción que la defensa de nuestros derechos por nuestros
propios medios.
La Ley de propiedad Intelectual habrá de ser reformada de forma urgente para
poner cota a la barbarie sin cuartel que ha iniciado la SGAE y otros seguirán.
La propiedad intelectual es un bien de interés público (no el fútbol) y como tal
ha de ser salvaguardado, protegido y tutelado por el estado y no a merced de
Organizaciones pseudomafiosas que utilicen al autor y la creación como un medio
y no como un fin.
25 años después de la proclamación de la Constitución, no es concebible la
existencia de una organización que subyugue a todo un país y someta a los
poderes del estado cobrando desde por los archivos personales de los ciudadanos
hasta en los juicios, cuando éstos son grabados en DVDs. Una organización que
funciona por el principio del voto censatario y organizado a modo de sindicato
vertical en el que los editores ostentan el control frente a los autores. Es
como si pusiéramos al lobo a cuidar del rebaño.
El diezmo que ya está teniendo lugar con los CDs de datos, pronto se extenderá a
los demás soportes informáticos y es ésta una grave amenaza que pretende
hipotecar nuestro desarrollo en una sociedad de la información en la que toda
nuestros datos ya viajan de forma digital. Permitir tal atrocidad es como
implantar una accesión macabra en la que la parte accesoria se hace dueña de la
principal. Por mucho que nos pretendan hacer creer, la piratería sobre los
números absolutos de los elementos informáticos es insignificante, y los
ciudadanos no han de hacerse cargo solidariamente de la crisis de una ninguna
industria sobredimensionada, obsoleta y que se niega a evolucionar.
Porque a uno le entren a robar en su casa y no pueda o no quiera poner medios
para que no le entren, no hemos de pagarle entre todos lo que le roban, dice que
le roban, o cree que podrían haberle robado.
|