Por Ignacio Escolar -
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1- En España, es prácticamente imposible editar un disco sin ser socio de la
SGAE. Todos los sellos que actúan en la legalidad (es decir, todos los que
fabrican los discos de forma industrial) tienen que presentar antes de realizar
las copias la factura del pago a la SGAE de los derechos. De hecho, hay una gran
polémica entre los sellos grandes y los pequeños porque la SGAE recauda los
derechos de las multinacionales después de conocidas las ventas, mientras que
los sellos independientes tienen que pagar por adelantado. Sin ese justificante,
no te fabrican los discos.
2- La única manera que tienen los autores de recuperar ese dinero, que les
corresponde a ellos, es firmando con la SGAE. Son cifras ridículas, pero también
son ridículos en general los ingresos de la gran mayoría de los músicos.
3- La SGAE funciona de este modo como asociación casi obligatoria para todos los
músicos que decidan editar en CD (otra cosa es si pasas del CD y te olvidas
radicalmente del modelo actual, que es otra historia). Es un sindicato vertical.
4- No se puede culpar a todos los asociados porque no son todos ellos los que
deciden. La SGAE tiene un sistema electoral que sólo permite votar a los que más
ingresos generan y que, además, reparte hasta cinco votos por persona
dependiendo de lo "importante" que sea ese artista. El 90% de los socios no
alcanza el mínimo anual necesario para votar. Y entre el 10% que vota, los votos
no valen igual.
5- Una vez que firmas con la SGAE es prácticamente imposible dar marcha atrás.
Los contratos son leoninos y cuesta mucho romperlos. En los últimos años sólo
los guionistas de DAMA, y después de mucho pelear con abogados, han conseguido
darse de baja de la SGAE
6- Desde el punto de vista político me parece un error boicotear a todos los
músicos asociados a la SGAE. Además es una injusticia: muchos de los socios
también están en contra de las políticas de su dirección. Es como si se
boicotease a los empleados de Telefónica por lo mal que funciona el ADSL. Ellos
no son culpables y lo que hay que intentar es que entre los propios músicos
surjan voces críticas con las decisiones de la dirección. Y eso no se consigue
boicoteándolos.
7- Muchos artistas desconocen todo el debate que se está produciendo en la Red
con respecto a las últimas decisiones de la SGAE. Para ellos, esta sociedad de
gestión es la gran luchadora que trabaja para que los pobre músicos puedan vivir
mejor en este difícil momento de Kazaa y top manta. Además, los cheques que
llegan cada cierto tiempo llevan el nombre de la SGAE en el emisor. Es normal
que se produzca cierto “Síndrome de Estocolmo” que no se combate con un boicot.
Cuanto más duramente golpeemos a los músicos, más unidos estarán con la SGAE y
más fácil será ridiculizar las críticas contra el canon del CD y demás.
Saludos,
Ignacio Escolar.
P.D.: Yo también soy socio de la SGAE, el número 71.222. Firmé hace cinco años y
aún no me he podido dar de baja. Como digo en mi blog: "En aquel momento parecía
una buena idea".
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