Las empresas de servicios de que utilizan los números 800 han visto como su
facturación está cayendo ante el efecto disuasorio que tiene para los
consumidores el incremento de los timos por empresas que utilizan
fraudulentamente estos números. Y es que los fraudes a través de los números 800
que retienen a la gente al teléfono prometiendo falsos premios se ha
multiplicado. Las organizaciones de consumidores hablan de más de 5.000
denuncias sin resolver, aunque la Administración reconoce menos de 500.
Las 400 empresas legales que operan en este negocio utilizan los números de
teléfono que empiezan por 803, 806 y 807 (o los 907 en caso de Internet) para
vender sus servicios: horóscopos, llamadas eróticas, consulta del porvenir y
otros servicios profesionales. El sector había tenido una fuerte expansión. Sin
embargo, la aparición en el último año de unas pocas empresas capaces de
realizar estafas a gran escala utilizando estos números amenaza su supervivencia
o, por lo menos, su rentabilidad. Y es que organizaciones de consumidores y
otros colectivos piden ya su cierre temporal o una legislación más restrictiva.
En 1993, estas empresas (que entonces utilizaban los famosos 906) facturaban 240
millones de euros. Diez años después sus ingresos han caído hasta los 210
millones, según datos provisionales de la Asociación de Empresas de Servicios de
Valor Añadido (AVA). El director general de AVA, Ángel Martín, señala que el
fraude procede de alrededor de 12 empresas pero la mala imagen que crean salpica
al resto y los consumidores no se atreven a llamar a los números legales.
Cuando un cliente llama a uno de estos números, paga entre 0,30 y 3 euros por
minuto. De esa cantidad, el operador telefónico (Telefónica, Uni2, Jazztel y
otros) se lleva entre el 10% y el 35%, y el resto va para la empresa de
tarificación adicional. Por eso, el negocio consiste en retener al cliente lo
más posible al otro lado de la línea, con un máximo de 30 minutos, periodo al
cabo del cual se desconecta automáticamente la comunicación.
Y ahí entra la picaresca. Los timadores incitan a llamar a un 807 con los más
variados motivos: falsos premios, viajes, encuestas, ofertas o concursos. El
último timo que hace furor es el que promete llamadas gratis haciéndose pasar
por una promoción especial de Telefónica. Una vez que el incauto abonado llama
al 807 para recibir el supuesto premio, le retienen en la línea pidiéndole datos
personales o mediante esperas interminables. El servicio jurídico de Telefónica
aclara que "desde ningún departamento se están poniendo en contacto con sus
clientes pidiéndoles que llamen a ningún número 800".Según la UCE hay 5.000
denuncias. Pero los los últimos datos de la Comisión de Supervisión, dependiente
de Industria, hablan de 2.014 denuncias acumuladas, de las que 1.572 se han
tramitado ya con el cierre del número telefónico en cuestión; del resto de 442
expedientes, 262 están en trámite, y sobre los otros 180 se están haciendo
comprobaciones para su apertura.
Esta comisión sólo tiene potestad para suspender los números. Por ello, además
de la persecución policial, el otro frente para atajar el fraude procede de las
compañías telefónicas, que les asignan los números 800. Algunas, como
Telefónica, tienen un sistema de alarma si detectan que el proveedor de ese
número tiene una facturación excesiva. Si observan fraude les paralizan los
pagos, e informan al resto de operadoras de la firma estafadora.
Pero el abonado también puede defenderse, ya que con la legislación de 2003,
puede negarse a pagar a su compañía telefónica la parte correspondiente a estas
llamadas, sin temor a que le corten el teléfono. Las empresas de los 800 no
suelen reclamar luego estas cantidades, y menos aún las que estafan. |