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El Conclave
El cónclave es un ritual que sigue prácticamente igual desde hace ocho siglos. Debe comenzar entre 15 y 20 días después de la muerte del Papa. En esta ocasión participaran  117 cardenales.

Según fija la tradición, la fecha del conclave no debe ser antes de los 15 días siguientes al fallecimiento  ni después de 20 de la vacante de la sede apostólica.

Ese periodo intermedio (entre la defunción y el inicio del conclave) se conoce como 'novemdiales'  y durante ese tiempo es cuando se postulan candidatos y se fijan las alianzas.  Oficialmente a los cardenales les esta prohibido hacer campaña e incluso insinuar su predisposición a ocupar el cargo, aunque es bien sabido que esta regla es sorteada con total habilidad para todos aquellos interesados.

El conclave tiene lugar en la Casa Santa Marta, un moderno edificio construido dentro de los muros del Vaticano. La Casa de Santa Marta no existía en los tiempos de la elección de Juan Pablo II. En este edificio permanecerán durante todo el cónclave, totalmente aislados del mundo exterior.

En los cónclaves romanos anteriores, los cardenales electores y las demás personas que entraban en la clausura del cónclave eran acomodados en las habitaciones de los Palacios Apostólicos, desprovistas hasta de los servicios más elementales, aunque eso sí, decoradas por los más renombrados artistas de la historia.

En el cónclave son admitidos además el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias con dos asistentes de ceremonia ceremonieros y dos religiosos adscritos a la Sacristía Pontificia; y un eclesiástico elegido por el cardenal decano o por el cardenal que haga sus veces, para que lo asista en su cargo.

También deben estar disponibles algunos religiosos de varias lenguas para las confesiones, y dos médicos para eventuales emergencias, así como un número suficiente de personas adscritas a los servicios de comedor y de limpieza.

El día fijado para el comienzo del cónclave se reúnen por la mañana los cardenales electores en la Basílica de San Pedro y celebran la misa votiva Pro Eligendo Papa. Esa misma tarde los cardenales acuden en procesión a la Capilla Sixtina y al llegar prestan solemne juramento.

En el Cónclave participarán 117 cardenales. De ellos, 58 son europeos --20 italianos y seis españoles--, catorce son norteamericanos, 21 latinoamericanos, once africanos, once asiáticos y dos de Oceanía. La edad límite de los cardenales para participar en la elección son 80 años.

Nueva modalidad de elección

Además de la nueva residencia, la más importante novedad del texto redactado por Juan Pablo II es la modalidad de elección, después de que el Pontífice suprimiera la elección por aclamación. La elección por escrutinio, el único modo actualmente válido, tiene lugar a través de la votación, individual y secreta, de los cardenales electores.

La "Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis" prescribe que se deben realizar dos votaciones cada día, además de una votación la tarde en que comienza el cónclave, que será exclusivamente por mayoría de dos tercios.

Si al cabo de tres días de escrutinios (uno por la mañana y otro por la tarde) no se ha elegido un Papa por mayoría de dos tercios, se decreta una pausa de como máximo un día para "oración, libre coloquio entre los votantes y una breve exhortación espiritual hecha por el primer Cardenal del Orden de los Diáconos".

A partir de ahí pueden producirse hasta tres series de siete días de escrutinios, separadas por pausas de un día, para lograr la elección de un Papa por mayoría de dos tercios. Si no es así, los cardenales deben decidir por mayoría absoluta cómo proceder, pero en todo caso debe producirse una elección en la que un candidato logre como mínimo la mayoría absoluta de los votos.

Después de cada elección se queman las papeletas. La tradición indica que los cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro, si no se ha elegido al Papa, o blanco si se ha elegido al nuevo Romano Pontífice: es la conocida fumata negra o fumata blanca, que suele ver el pueblo romano desde la plaza de San Pedro.

La legislación canónica no impone requisitos para ser elegido Papa: por lo tanto, se deben considerar requisitos los propios del derecho divino para ser obispo, es decir, ser varón con pleno uso de razón. En la práctica, sin embargo, desde hace muchos siglos el elegido ha sido siempre cardenal.

Una vez elegido, el cardenal decano, que es Joseph Ratzinger, pregunta al elegido si acepta su elección canónica como Sumo Pontífice. Si el elegido acepta, desde ese momento adquiere de hecho la plena y suprema potestad sobre la Iglesia. Una vez que ha aceptado, el cardenal decano le pregunta el nombre por el que quiere ser llamado. Si el elegido no es obispo, se procede inmediatamente a su ordenación episcopal.

Los cardenales a continuación le rinden homenaje y le prestan obediencia. Después el primero de los cardenales diáconos --es decir, el cardenal protodiácono-- anuncia desde el balcón de la Basílica Vaticana al pueblo reunido en la plaza de San Pedro la elección del nuevo Papa, usando la tradicional fórmula: "¡Nuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!&apos", y el Romano Pontífice imparte la bendición "Urbi et Orbi&apos".

Agencias

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sábado, 24 mayo 2014

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