Los cardenales electores también pueden decidir designar a un prelado joven
para continuar la obra realizada por su predecesor.
Dos grandes tendencias se presentan en el Vaticano: una vuelta a un papa
italiano o la elección de un latinoamericano, de un continente que representa
la mayoría de católicos en todo el mundo.
Y dos campos se oponen, conservadores y liberales, aunque estas etiquetas
siempre resultan simplistas, ante los grandes retos del mañana: gestión más
colegiada de la Iglesia, celibato de los sacerdotes, diaconado de la mujer,
contracepción.
Según los casos, aparecen regularmente en la prensa varios nombres de
"papables".
En la hipótesis de un papa italiano, cinco prelados están en lista: los
cardenales arzobispos Dionigi Tettamanzi, Milán, 70 años, Ángelo Scola de
Venecia, 63 años, y Tarcisio Bertone de Génova, 70 años; el secretario de
Estado del Vaticano, Ángelo Sodano, de 77 años, y el prefecto de la
Congregación para los Obispos, Giovanni Battista Re, de 71 años.
Los otros nombres que resuenan en los palacios
vaticanos son el cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 75 años,
prefecto de la Congregación para el Clero; el hondureño Oscar Andrés Rodríguez
Madariaga, 62 años, arzobispo de Honduras; el argentino Jorge Mario Bergoglio,
67 años, arzobispo de Buenos Aires, y el brasileño Claudio Hummes, de 70 años,
arzobispo de Sao Paulo.Africa, el continente en el que la Iglesia se debe
enfrentar con el Islam y las sectas, se presenta como candidato un nigeriano,
Francis Arinze, de 72 años, prefecto para la Congregación del Culto y que sería
el Papa de color del que se habla desde hace tiempo.
Pero también se barajan a otros europeos como el férreo cardenal alemán Joseph
Ratzinger, que sería un Papa de transición, aunque circulan otros nombres de
cardenales más jóvenes como el cardenal arzobispo de Viena, Christoph
Schoenborn, de 60 años.
¿Quienes son?
El arzobispo de Génova, Dionigi Tettamanzi, ha sido siempre considerado como un
conservador, pero ha conseguido hacerse con la estima de la mayoría de los
liberales. Entre sus logros, las protestas contra la cumbre del G8 en Génova y
su defensa de que la Iglesia también tiene que opinar respecto al tema de la
globalización. Su capacidad de gustar a todas las facciones hace de él el
candidato italiano favorito para suceder a Juan Pablo II.
Entre los 'papables' italianos figura también Giovanni Battista Re, quien es
precisamente uno de los últimos en haberse incorporado al Cónclave ya que entro
a formar parte de él el 21 de febrero de 2001. El presidente de la Congregación
de los Obispos es considerado un conservador y su labor hasta ahora consistía
en indicar al Papa quiénes pueden ser designados obispos. Los contactos que su
cargo le ha permitido hacer podían ayudarle durante el Cónclave.
Otro de los italianos que cuenta con posibilidades es el presidente de la
Conferencia Episcopal italiana, Camillo Ruini, quien será además el encargado
de anunciar al mundo la muerte del Santo Padre. A su favor tiene que aunque es
considerado conservador, podría lograr el consenso de muchos progresistas, y en
contra el que durante sus diez años al frente de la Iglesia italiana se ha
labrado un papel político.
También son citados entre los 'papables' italianos el arzobispo de Bolonia,
Giacomo Biffi, de posición ultraconservadora, que ha hecho polémicas
declaraciones en los últimos tiempos contra feministas, pacifistas,
homosexuales e inmigrantes, y el secretario de Estado vaticano, Angelo Sodano,
para quien su actual posición de 'número dos' podría constituir un obstáculo de
cara a su elección. De hecho el único jefe de la diplomacia vaticana que se
convirtió en Papa fue Pio XII.
Entre los 'papables' latinoamericanos, el nombre más repetido para ocupar la
silla de San Pedro es el arzobispo de Tegucigalpa, Oscar Andrés Rodriguez
Maradiaga, de 63 años. Este salesiano, que habla cinco lenguas entre ellas el
italiano y que es considerado conservador, es el candidato ideal de América
Latina --actualmente centro neurálgico de la Iglesia católica-- ya que presidió
el Consejo Episcopal Lationamericano entre 1995 y 1999.
El único religioso africano que parece contar con opciones es el presidente del
Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, Francis Arinze, hijo de un
jefe de tribu y muy cercano a Juan Pablo II. Arinze, conservador, ha
despempeñado un papel clave en el diálogo entre la Iglesia Católica e induistas,
musulmanes y budistas.
Entre los nombres que figuran en las quinielas también se encuentran los del
prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, y los
del cardenal de París, Jean-Marie Lustiger. Ratzinger, un conservador de 78
años, es considerado uno de los hombres más poderosos dentro del Vaticano, pero
su proximidad al Pontífice podría no gustar a los cardenales del Cónclave. En
cuanto a Lustiger, su familia es de origen hebreo lo que podría ser
determinante en su elección, ante la voluntad de la Iglesia de mejorar el
diálogo con los judíos, y es uno de los discípulos más fieles de Karol Wojtyla.
Por último, también se ha apuntado a la posibilidad de que el ex presidente de
la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid, Antonio Maria Rouco
Varela, sea el elegido, puesto que Juan Pablo II le dio un importante papel en
el segundo Sínodo europeo en 1999. Pero en su contra tiene, según los
observadores, es que después de Juan Pablo II pocos cardenales elegirían a un
Papa tan tradicionalista como Rouco Varela.
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